A lo largo de su polémica y genial vida laboral, Karl Lagerfeld nos dejó varias citas célebres que ya son historia, como aquella que afirmaba que "el chándal es un signo de derrota", que remataba con un "cuando pierdes el control sobre tu vida, te compras uno". Por mucho que admiremos al icónico káiser, lo cierto es que esta cita está completamente obsoleta hoy en día, y es que la ropa deportiva se ha convertido incluso en todo lo contrario a símbolo de fracaso. La nueva generación de supermodelos, WAGs, influencers y diseñadores reivindica las sudaderas, leggins y deportivas que antes estaban reservadas para el gimnasio como imagen del nuevo lujo. Una de las mujeres que refleja perfectamente esta transición es Georgina Rodríguez, quien, desde los inicios de su relación con Cristiano Ronaldo, ha ido adaptando este tipo de prendas a su estilo personal, primero con un estilo unisex en el que el futbolista tenía mucho que ver y ahora con una imagen explosiva y sensual más fiel a su esencia.