Desde siempre, e incluso hoy en día, el color negro se presenta como el sinónimo incuestionable de la elegancia. Sin embargo, durante este año, hemos comprobado que un nuevo tono se empieza a mostrar como máximo representante de la sofisticación, el blanco. Un nuevo concepto de ‘glamour’ que es ideal para veladas nocturnas, sobre todo, en verano. Y es que, en estos casos, es mucho más atrayente un traje largo en una tonalidad clara.
Como corroboración de esta tendencia sólo hay que dirigir la mirada hacía las principales ‘alfombras rojas’ que han acontecido desde la llegada del 2008. Y, de ellas, resaltamos como máxima representante de esta a tendencia a Penélope Cruz y, sobre todo, su vestido de Balmain, con el que recogió el Oscar.
Pero también el color blanco destinado a vestidos de fiesta (una oportunidad de ‘vestir de blanco’ sin tener que vestir un traje nupcial) lo encontramos en las principales pasarelas. Echa un vistazo sobre estas líneas y descubre una tendencia de lo más revolucionaria. Eso sí, un truco: si no quieres ir completamente de blanco, combina tu vestido con pequeños detalles en negro o adornos y estampados en tonos metálicos.
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