Como primer compromiso en esta visita de Estado a Suecia, doña Letizia ha protagonizado la recepción a la colectividad en la Embajada de España con uno de los diseños más curiosos de su armario, un vestido asimétrico y deshilachado que ya ha llevado en otras dos ceremonias y del que se desconoce su autor. 

Lo ha complementado en esta ocasión con salones de serpiente y bolso a juego con tachuelas, ambos de Magrit; su inseparable anillo circular, de Karen Hallam, y pendientes del joyero de la la Casa Real, compuestos por siete diamantes de los que cuelga una perla. 

Le vimos por primera vez este misterioso traje en la solemne apertura de la XIV Legislatura, en febrero de 2020, donde lo conjuntó con los mismos complementos (bolso, anillo, pendientes y calzado), aunque añadió un abrigo-capa para hacer frente al frío invernal antes de entrar al Congreso de los Diputados. 

Lo lució por segunda vez en Barcelona, con motivo de la entrega personal del Premio Cervantes al poeta catalán Joan Margarit. Nuevamente, escogió los mismos modelos de bolso y calzado.