Charlene Lynette Wittstock conoció al príncipe Alberto de Mónaco durante los Juegos Olímpicos de Sidney hace justamente 20 años, aunque no sería sino hasta 2006 que comenzarían a salir para casarse en 2011. En un principio, Charlene de Mónaco, exnadadora y modelo, no podía imaginarse el giro que daría su vida. Estos últimos diez años, hemos sido testigos de su sorprendente transformación como parte de la Casa Grimaldi. Y tiene lógica, pues fue nombrada la royal que más invirtió en ropa el pasado año. Tras reencontrarse con su familia en Sudáfrica, el país donde se crió, repasamos la evolución de estilo de una princesa impredecible y rompedora.
Una vestido para una futura princesa
Desde el principio, demostró lo cómoda que se sentía sobre las alfombras rojas, pues impactaba en casi cualquier evento al que asistía. Esta imagen, por ejemplo, fue tomada en el Baile de la Rosa de 2010, cuando aún no estaban casados. Durante este período, las tonalidades claras tenían una presencia importante en su guardarropa de gala y mantuvo un estilo sobrio que cambiaría radicalmente con los años en favor de una estética atrevida y poco convencional.
- Charlene de Mónaco marca su camino diez años después de su debut como princesa