En primera instancia, el modelo que ha escogido para su reunión de hoy podría confundirse con uno de sus vestidos de invitada más recordados, el de la boda de Eugenia de York, que tuvo lugar en octubre de 2018. También de tonalidad frambuesa y firmado por Alexander Mcqueen, resulta casi idéntico al que ha estrenado Kate esta tarde, salvo por sus mangas francesas, hombros ligeramente más abullonados y falda trapecio plisada.