Hace solo unas semanas que la supermodelo londinense Naomi Campbell desvelaba a los medios de comunicación la identidad de su actual pareja, el millonario ruso Vladislav Doronin, un magnate de las finanzas cuya fortuna y gusto por las mujeres de espectacular y exótica belleza le han valido el sobrenombre de 'el Donald Trump moscovita’. La ‘diosa de ébano’ parece por fin haber encontrado el amor junto a este ‘rey del hielo’, y estos días se dejaba ver de lo más relajada navegando por las cristalinas aguas de Saint-Tropez, en el sur de Francia.
Es al sol de este paradisíaco rincón de la Costa Azul que se ha visto cómo la pareja se regalaba toda clase de gestos de complicidad y arrumacos entre baile y baile, al amparo de una de las fiestas del exclusivo Vip Room Club. La top y el magnate se conocieron hace unos meses durante en el Festival de Cannes, y desde entonces todos los indicios apuntan a que ambos se han vuelto inseparables, e incluso algunos tabloides se han atrevido a adelantar que podrían sonar campanas de boda muy pronto. Toda una novedad para la agitada vida sentimental de una de las supermodelos más despampanantes y demandadas de los años noventa, que aún hoy a sus 39 años continúa arrasando sobre las pasarelas en ocasionales desfiles, y que anteriormente había estado relacionada, no con demasiado éxito, con el italiano Flavio Briatore o el bailarín español Joaquín Cortés entre otros nombres.