La Fundación Balenciaga inaugurará en 2003 un Museo dedicado al genial modisto

Los Duques de Palma acudieron a París al acto de presentación del proyecto

Fabiola de Bélgica, junto a los Duques de Palma.

Carmen Martínez Bordiú y Alicia Koplovitz, en un momento del acto.

Cristóbal Balenciaga, en su mítico taller parisino.

Además de la Infanta Cristina y su esposo, Iñaki Urdangarín, al acto de presentación de este ambicioso proyecto acudieron Fabiola de Bélgica, Carmen Martínez Bordiú, Alicia Koplovitz, la baronesa Elie de Rothchild, Hubert de Givenchy y los modistos Paco Rabanne y Óscar de la Renta, entre otros.
En la primavera de 2003 se hará realidad el sueño de la Fundación Balenciaga de abrir al público un museo monográfico sobre Cristóbal Balenciaga en la localidad vasca de Guetaria, su lugar de nacimiento. Pero los proyectos relacionados con la memoria de este genial modisto no se quedan ahí, pues también está prevista la puesta en marcha de un centro internacional de diseño con su nombre, de la Cátedra Balenciaga y la creación de becas y premios internacionales.

El museo Balenciaga se ubicará en el Palacio Aldamar, antigua residencia de los marqueses Casa Torre, los padres de la reina Fabiola, la primera gran dama de la alta sociedad que confió en la aguja del modisto encargándole la confección del traje para su boda con el rey Balduino de Bélgica.

Hubert de Givenchy, presidente de patronato de la Fundación Balenciaga, dijo: "Balenciaga fue el creador del arte de la alta costura. Elegante en su vida y en su obra, su pasión por la vida le llevó a convertirla en arte. Cada una de sus creaciones tuvo siempre algo de escultura, de música y de pintura, expresadas en trajes de impecable y serena armonía".

Antiguo discípulo de Balenciaga, el diseñador Paco Rabanne se deshizo en elogios a su maestro. Rabanne, cuya madre trabajaba de costurera en el taller de Balenciaga, conoció al modisto siendo un niño: "Mi madre tenía hacia él una admiración enorme, para mí era un dios. La primera vez que le vi me recibió de rodillas, en el suelo, cortando un vestido. Para mí fue un choque formidable tanta humildad, cortando de rodillas. Balenciaga era la perfección, lo más elegante posible".

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