¿Existen los perros celosos?
Cuando un perro desarrolla celos generalmente es hacia un nuevo ser vivo que se incorpora a vivir en el seno familiar, bien sea un bebé, un adulto humano u otra mascota. Sin embargo nosotros solemos tachar estos celos como si fueran un capricho o una emoción similar a la que como humanos sentimos al vernos destronados. Realmente en el caso de un perro no se trata de una emoción tan ligada a la posesión o a perder el status sino que, como sabes, los canes son animales de costumbres y dentro de la rutina que mantenemos con ellos se genera una percepción única sobre su posición en la jerarquía.
Si has educado bien a tu perro, él debe comprender que su posición es la más alejada al núcleo, es decir, a ti. Por mucho que seáis compañeros inseparables de juegos, que le protejas y que compartáis mucho tiempo, si el perro comprende que es una prioridad llegará a desarrollar el entendimiento de que su posición jerárquica en el hogar es próxima a ti, como líder, y esto es un error que a medio plazo puede generar problemas.
Cuando llega un nuevo ser y hay que buscarle una situación en el “organigrama” doméstico, el perro puede sentir estrés al percibir que las cosas han cambiado, no pasas tanto tiempo con él, hay actividades que antes hacíais juntos que ya no hacéis, y tu preocupación y desvelos los vuelcas en este nuevo ser. No es que el perro desarrolle antipatía por la persona o mascota nueva hacia la que siente “celos” sino que esta rompe unas dinámicas, y le sitúan más lejos de ti. La solución para que esta situación no se dé es mantener siempre clara la línea entre ambos a nivel de jerarquía, y si llega un nuevo ser vivo a la casa, hacer un cambio gradual de rutinas.
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