Ashera
La apariencia de este gato es tan exótica que es inevitable no perderle de vista si visitas una casa donde camine suelto: pareciera que nos vigila un leopardo y, en cierta medida, estarías en lo cierto. Los gatos de raza ashera son un cruce entre el gato común, el leopardo asiático y el serval africano (similar al guepardo). Sin embargo, este cruce ni es casual, ni siquiera ha sido realizado de forma convencional, apareando especies, sino que fue fruto de los trabajos de un laboratorio norteamericano a principios de la década de los 2000. A raíz de ello, fue modificado genéticamente para no poder tener descendencia, de ahí que se trate de un espécimen muy poco común, pues sólo puede reproducirse bajo los parámetros del laboratorio que lo creó. Por tanto, no es de extrañar que se hayan llegado a pagar 96.000 dólares por un gato de la raza ashera, pues jamás podrás encontrar una camada casual de estos gatos.
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