Menos alergias en humanos

El gato americano tiene el pelo bastante denso y duro y el europeo tiene el pelo algo más brillante y suave. Ambos gatos no son ni de lejos hipoalergénicos. Sin embargo, el gato europeo suelta algo más de pelo y, al ser más fino, se disemina con mayor facilidad, lo que produce más alergia al transmitir la proteína del gato por más rincones y ambientes. En todo caso, ambas razas empatan bastante en esta cuestión.

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Mejor grado de sociabilidad

El gato europeo es especialmente sociable, no en vano ha sabido ganarse la confianza de sus dueños desde que en la Roma clásica se le adopta como mascota principal. Se trata de un gato inteligente, independiente y que suele dar bastante compañía. El gato americano no se queda atrás, incluso podríamos decir que es algo más meloso y que busca el cariño con algo más de ahínco, por lo que si tuviéramos que decantarnos por una de las dos razas para estimar cuál busca más grado de sociabilidad con humanos probablemente ganaría el americano.

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Mayor longevidad

Tanto el gato americano como el europeo tienen la misma esperanza de vida, viven entre 15 y 20 años, solo igualados por el gato bombay. Se trata, por tanto, de una longevidad afortunada, pues el ratio de esperanza de vida de los gatos generalmente se sitúa más bien entre los 12 y los 18 años, en ese margen se sitúan los gatos persas y siameses. Incluso existen razas muy por debajo, como ragdoll o maine coon, que tienen una esperanza de vida de 11 a 15 años.

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Cuál fue nombrado antes

El gato europeo desciende del gato montés africano y se asentó en Europa durante el imperio romano. Sin embargo no fue hasta 1983 que se reconoció esta raza por la Federación Internacional Felina, aunque en Inglaterra ya se registró en 1925, dando así nombre oficial al gato europeo. Al gato americano se le llama técnicamente American Shorthair, y aunque tiene ciertas similitudes físicas con el gato europeo, se estima que proviene del British Shorthair, el gato que introdujeron en el continente americano los colonos ingleses. Su nombre oficial es anterior al europeo, pues se le designó así en 1966.

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El gato con más salud

El gato europeo es un titán en cuanto a su salud, tiene un sistema inmunológico muy fuerte y su musculatura y esqueleto le confieren una fortaleza que le ayuda a resistir como fiel descendiente de los gatos monteses. Si tuviéramos que destacar unas dolencias características de los gatos comunes europeos podríamos decantarnos por problemas renales e intestinales. Por su lado, el gato americano es algo menos robusto y su talón de Aquiles son los problemas circulatorios. Por lo que en la cuestión de salud el gato ganador sería el europeo.

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La alimentación menos compleja

Aquello que más puede determinar la esperanza de vida del gato es su alimentación, cuanto más equilibrada y de mayor calidad, más podrá vivir. Sin embargo, si atendemos a sus gustos, el gato europeo es bastante más conformista dentro de la personalidad felina, si no está habituado desde pequeño a una alimentación sofisticada, sabrá sacar partido a lo que se le ofrezca. Por otro lado, aunque el gato americano no requiere una alimentación específica, su nivel de exigencia suele ser mayor. En todo caso, esta es una cuestión que define la personalidad de cada gato y no hay dos iguales.

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El gato más hablador

Si tenemos que elegir entre los dos el gato menos hablador sería, sin duda, el gato americano, se trata de un felino que maúlla muy poco, sin embargo, no deja de mantener características propias de animales sociables, es inteligente y se adapta perfectamente a los ambientes familiares. El gato europeo maúlla algo más, pero lo utilizará como último recurso para hacerse entender por los humanos.

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Cuál disfruta más con el ejercicio

Ambas razas empatan en cuanto a que son gatos muy juguetones, con ganas por descubrir su entorno y alto nivel de adaptación. Sin embargo, como buenos gatos domésticos, si conviven en un entorno rutinario se integran fácilmente al sedentarismo y se conforman con el ejercicio que se les ofrezca. Sin embargo, ambas razas agradecen que se les dé la oportunidad de vivir aventuras y no rechazan hacer incursiones fuera de casa.

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El mejor gato para los niños

De nuevo ambos gatos encajan perfectamente en la descripción de razas perfectas para convivir con niños, pues suelen demostrar la suficiente paciencia para los juegos, son activos y curiosos, y si están socializados desde el principio con un ambiente familiar sabrán tratar bien a los niños y no desesperarse demasiado. En todo caso, tal vez el gato europeo tiende a ser algo más abierto que el americano, y aguanta algo más las fechorías infantiles.

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Y el ganador es…

En esta comparativa no podemos elegir fácilmente a un ganador, porque ambas razas de gato son muy similares pese a tener un origen distinto. Tanto anatómica, estéticamente y en cuanto a su carácter son muy similares, lo que nos hace pensar, no que sean un calco, sino que por algo son las razas más estables y difundidas de ambos continentes.