Pequeñas lesiones
La veterinaria nos explica que otras veces puede haber una lesión muy pequeña prurítica o dolorosa, que hace que los perros reaccionen con el lamido. En verano, por ejemplo, es frecuente que se enreden espigas en el pelo de los pies y se claven, a veces lo que alerta al cuidador es el lamido del pie.
En el caso de los perros con problemas de apoyo, mucho peso y pelo corto, como los Bulldog inglés, la experta nos cuenta que pueden tener quistes interdigitales porque apoyan parte del peso en la piel que está entre las almohadillas, los pelos se rompen dentro de la piel y se forma una inflamación alrededor. “Pueden resultar muy dolorosos y el perro reacciona con el lamido”, nos explica.
Por lo tanto, casi siempre hay una causa física detrás del lamido, pero a veces el origen puede ser comportamental. “Un lamido crónico por una causa física puede acabar siendo un hábito y aunque se solucione la causa física continuará haciéndolo si no tratamos también ese componente psicológico”, nos cuenta la veterinaria, que hace mención a una enfermedad tediosa y complicada de tratar, los granulomas acrales por lamido, más frecuentes en perros machos, de razas grandes que viven en el exterior y que pasan mucho tiempo solos. “Por lo general son animales con muy poco enriquecimiento ambiental y bien por falta de motivación o añadido a alguna enfermedad física, entran en un circulo vicioso crónico que aunque solucionemos las causas físicas el paciente continuará con el lamido compulsivo si no manejamos a la par el componente psicológico. Estos casos suelen necesitar el trabajo conjunto de dermatólogos y etólogos”, nos dice.