Cuando un gato pasa la lengua por tu mano o tu cara está demostrándo su afecto. En este sentido son más selectivos que los perros, no lo hacen con facilidad y eligen a quién ofrecerle su lengua. Sin embargo, habrás notado en seguida, que el tacto no es agradable y que produce una especie de raspado con la piel humana. Esa primera sensación que, muchas veces, nos hace retirar la mano instintivamente se debe a la composición de este órgano que parece en principio bellezo y con picos.