Total look en gris con acentos en negro y detalles jaspeados y de cuadros, de Les Hommes
Bajo el sugerente título 'La ciencia del estilo', los departamentos de Psicología y Ciencias Sociales de la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos, hacían público este mes de julio un extensivo estudio acerca de cómo combinamos los humanos las diferentes prendas de nuestro armario en función a las normas del color y cómo, en muchas ocasiones, fallamos al hacerlo, saboteando con ello nuestras posibilidades de vestir con estilo.
Las matemáticas apoyan el análisis de este equipo de investigadores, quienes concluyen que 'la forma de maximizar el estilo es apostando por un conjunto ni demasiado coordinado ni demasiado dispar'. Un fashion statement que suena a obviedad, pero que han respaldado de toda suerte de gráficos y coordenadas que prueban la necesidad de seguir estas palabras a rajatabla para sacarle todo el partido a nuestras prendas de base. El estudio deja de parecer tan descabellado cuando se ponen en perspectiva las cifras de la industria de la moda, que mueve cada año más de 1.7 trillones de dólares (1.2 trillones de euros al cambio), convirtiéndose en uno de los principales motores de la economía mundial.
Al potencial económico de la moda le siguen de cerca sus intersecciones con las ciencias sociales, y cómo utilizamos las prendas de vestir como un escudo sobre el que proyectar nuestra imagen presonal, incidiendo desde la manera en que nos relacionamos con una potencial pareja hasta la ropa que elegimos para acudir a una entrevista de trabajo. El objetivo del estudio, elaborado sobre una muestra de 239 sujetos expuestos a treinta combinaciones de prendas sobre cuatro paletas de color diferentes, es llegar a establecer una aproximación objetiva de qué es lo que hace que un conjunto funcione en los ojos de los demás.
Los resultados apuntan en la misma dirección: a la hora de combinar, es mejor hacerlo equilibradamente, sin estridencias, obviando la moda del total look que tanto se ha repetido en pasarela en las últimas temporadas y que propone coordinar todos los elementos de un atuendo en un único color. Este patrón de pensamiento (el del intermedio antes que los extremos) parte en realidad de una de las estructuras mentales más frecuentes en la infancia, que empuja a los niños a elegir entre estructuras que no les resulten ni demasiado complejas ni demasiado sencillas. O lo que es lo mismo: en el equilibrio está la virtud, también en el mundo de la moda.
Los dictámenes de la moda, y muy concretamente de la moda de pasarela -que suele estar en lo más alto de la pirámide, y desde donde se diluyen el resto de tendencias hacia el high end e incluso las firmas low-cost y el streetstyle-, hablan sin embargo en términos muy diferentes: los extremos son el camino al éxito.
¿Qué crees que hace que un conjunto 'funcione'?
