Alexandra Paul e Ian Murray posan felices y sonrientes tras ser declarados marido y mujer

En la imagen, Alexandra Paul (primera por la derecha) aparece con sus compañeros de la serie de televisión Los vigilantes de la playa

Al día siguiente de la boda, la pareja participó en una competición deportiva, el triatlón de Malibú, una dura prueba a la que son muy aficionados. En la imagen, Alexandra e Ian muestran el tradicional letrero de Recién casados que llevaban en la espalda
 

La popular actriz Alexandra Paul, que interpreta el papel de la teniente Stephanie Holden en Los vigilantes de la playa, se casó el pasado fin de semana con su novio, el también actor y destacado deportista de triatlón, Ian Murray. La pareja se conoció en 1996, mientras Ian se entrenaba para competir en la carrera Eco-Challenge Adventure. Alejandra, que también es muy aficionada a los deportes al aire libre, acudió a las pruebas. Y surgió el amor. Cuatro años después, Alexandra e Ian son marido y mujer. Fue una boda original al más puro y romántico estilo de Hollywood. La pareja se casó en Malibú (California), donde la pareja tiene instalada su residencia. El enlace estuvo oficiado por una hermana gemela de la actriz, Caroline, y por un hermano de Ian, Chris. Los dos fueron especialmente autorizados para oficiar la ceremonia. La filosofía ecologista y naturalista presidió en todo momento la boda y sus preparativos. Las invitaciones estaban impresas con tinta de soja en papel de cáñamo; el menú del banquete nupcial fue básicamente vegetariano -incluida la tarta- y la novia no llevaba ninguna prenda de seda por su defensa de los derechos de los animales. Y es que la actriz -vegetariana desde los quince años- es una convencida protectora del medio ambiente. Al día siguiente de la boda, Alexandra e Ian iniciaron su luna de miel con una competición deportiva, el triatlón de Malibú, una dura prueba que incluye natación, ciclismo y atletismo. Como los dos tienen un extraordinario sentido del humor, llevaron puestos algunos recuerdos de la boda: ella, el velo; y él, una pajarita en el cuello. Tampoco faltó el tradicional letrero de Recién casados, que colgaban de sus espaldas.
 

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