Cocina Ext.

El mero: un pescado exquisito, gran protagonista de las dietas de adelgazamiento

De grandes posibilidades culinarias, este manjar marino tan sólo aporta 86 calorías por cada 100 gramos

El mero tiene grandes posibilidades culinarias: desde sus preparaciones al horno, al vapor o en papillote (perfectas para cuidar la línea), hasta otras más 'sofisticadas' como estos filetes de mero rellenos de marisco que vemos en la imagen.


Famoso por ser poseedor de una de las carnes más finas, suaves y sabrosas, el mero es además un completísimo alimento a nivel nutricional: aporta a la dieta una elevada cantidad de proteínas de gran valor biológico; es también rico en vitaminas, así como una excelente fuente de sales minerales y, lo mejor de todo para quienes desean mantener la línea, su aporte calórico es muy discreto (tan sólo 86 calorías por cada 100 gramos).

Pero además de ‘producto estrella’ de las dietas hipocalóricas, el mero resulta también ideal para personas con problemas estomacales gracias a su excelente digestibilidad; para los más pequeños (no sólo por el aporte proteico sino porque sus espinas se retiran con gran facilidad a diferencia de otros pescados); para quienes presentan niveles elevados de colesterol en sangre y, en general, para todos los amantes de los pescados denominados ‘blancos’.

Consejos para su compra y consumo

-Aunque en el mercado se puede presentar congelado, ahumado o en conserva, para que el mero preserve su elevado potencial nutritivo ha de comerse lo más fresco posible.

-En la pescadería deberá estar expuesto sobre una superficie inclinada con hielo picado que se renueve periódicamente. Sabremos si está fresco en función de su olor (rechazarlo ante el mínimo indicio de olor anormal) y su aspecto: las consistencia de la carne, el brillo de los ojos, piel y escamas, el color rojo de sus branquias... Un truco consiste en cogerlo por la parte de la cola, apretar y hacerlo resbalar. Si la piel no se desprende es que está fresco.

-Si se va a consumir en el día o al día siguiente se colocará en la parte más fría del frigorífico, habiéndolo limpiado previamente. Si no, deberá congelarlo.

-No olvide aislarlo del resto de alimentos para evitar que se transmita su olor.



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