Secretos para preparar un delicioso y refrescante sorbete

Le proponemos diversas recetas para que sorprenda a los suyos con esta delicia, a medio camino entre el helado y el granizado

De frutas, zumos, verduras, bebidas alcohólicas como el cava, de infusiones como el té o la hierbabuena... las opciones en cuanto al sabor son muy variadas. Eso sí, todos los sorbetes deben reunir unas condiciones comunes: no llevar en su composición materias grasas, leche o huevos (lo que los diferencia de los helados), y servirse bien fríos.

Es por ello, que el sorbete se convierte en una de las mejores maneras de combatir el calor en los meses estivales. Pero además de resultar una bebida de lo más refrescante también tiene otra cualidad: ‘limpiar’ el paladar y dejarlo preparado para degustar nuevos sabores (de ahí su inclusión en muchos menús, entre plato y plato).

PASOS GENERALES A SEGUIR PARA SU ELABORACIÓN

Proporciones para el almíbar:

Esto varía según el tipo de sorbete, por lo que es importante tener una buena receta a mano. Así por ejemplo, podemos decir de forma general que para 1 kilo de sorbete de piña, la proporción será de 400 gramos de fruta, 400 gramos de agua y 200 gramos de azúcar; para uno de limón, 300 gramos de fruta, 450 gramos de agua y 250 gramos de azúcar; o para uno de frambuesa, será 600 gramos de fruta, 220 gramos de agua y 180 gramos de azúcar. (El azúcar se puede sustituir por glucosa o tremolina, que tiene la ventaja de evitar la cristalización, aunque debemos tener cuidado porque endulza mucho).

Preparar la pulpa o el zumo:

Según de qué ingrediente se trate, habrá que lavarlo, pasarlo por la batidora o extraer su zumo, tamizarlo o pasarlo por el chino.

Acabado de la mezcla:

Añadir el almíbar frío, mezclar y verificar que la densidad sea la correcta.

Meter en la batidora:

Se irá incorporando aire a la preparación mediante el batido mecánico y así tomará volumen.

Conservación del sorbete:

Deberá guardarse a una temperatura igual o inferior a -20º C. Si no tiene sorbetera podrá lograr casi el mismo resultado vertiendo el puré en un cuenco que introducirá en el congelador, procurando batir con la minipímer cada media hora, para deshacer el hielo que se forma en la superficie.

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