"Llegó, vio y venció", o mejor dicho, en el caso de Carla Bruni, "Llegó, cantó y venció". La artista cautivó con su dulce voz en los Jardines de Pedralbes de Barcelona, donde ofreció un romántico concierto con el que puso el broche de oro a su gira internacional. Vestida con una sencilla chaqueta de terciopelo de color granate y ajustados pantalones de cuero negro, Bruni presentó algunos de los temas de su último disco, Little french song, aunque también deleitó a los asistentes con algunas canciones de sus trabajos anteriores como Quelqu'n m'a dit, con la que se dio a conocer en el año 2002.
En quinta fila se encontraba sentado su marido, Nicolás Sarkozy, que se ha convertido no sólo en su mayor apoyo, sino también en su fan número uno. El ex presidente francés, que fue recibido con aplausos por el público congregado en las gradas instaladas en los jardines, acaparó todas las miradas al sentarse junto al presidente de la Generalitat, Artur Mas, con el que estuvo charlando animadamente. "Ella me ha apoyado durante cinco años, yo puedo apoyarla en esta gira", dijo Sarkozy cuando empezó la promoción del disco de su mujer.
Sarkozy compartió velada con otros muchos seguidores de Carla Bruni, entre los que se encontraban los padres del futbolista del FC Barcelona Gerard Piqué, Joan Piqué y Montserrat Bernabéu, que disfrutaton de la música dulce y elegante de la intérprete italo-francesa.
Durante dos horas y guitarra en mano, la ex primera dama francesa se metió al público en el bolsillo y se lanzó a decir unas palabras en español. "Para mí es un honor cantar para vosotros esta noche, gracias", dijo antes de dedicar una canción "para todas las mujeres que están enamoradas". No cabe duda de que entre esas mujeres también se encuentra ella, ya que parece estar viviendo uno de los momentos más especiales de su vida. Tras abandonar el Elíseo, Bruni ha podido retomar su carrera como cantante y volver a subirse a los escenarios. Eso sí, siempre complementándolo con el papel más importante de su vida, el de madre. Y es que desde que nació su pequeña Giulia, en octubre de 2011, el matrimonio está más feliz y más unido que nunca.
Desde que aterrizaron en la Ciudad Condal, el matrimonio Sarkozy ha levantado una gran expectación entre ciudadanos y fotógrafos. De hecho, muchos curiosos se han acercado a las inmediaciones del hotel donde han estado alojados con la intención de ver de cerca a la popular pareja.
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