En los próximos meses la vida de José Ortega Cano será muy diferente a como ha sido hasta ahora. El extorero vivirá estos días entre los altos muros de la prisión de Zuera, en Zaragoza, para cumplir su condena por el accidente de tráfico ocurrido en mayo de 2011 y en el que falleció una persona cuando conducía su vehículo todoterreno en las inmediaciones de Castilblanco de los Arroyos (Sevilla).
La prisión, situada a algo más de 30 kilómetros de Zaragoza y 45 de Huesca, es un centro penitenciario relativamente nuevo, construido en el año 2001 y tiene una capacidad para 1008 internos, aunque en algunas ocasiones el centro ha llegado a albergar más presos de lo estipulado debido al ascenso puntual de la población reclusa.
Las celdas, de 18 metros cuadrados, está todas habilitadas para estar ocupadas por dos personas, de ahí que en cada uno de los habitáculos haya colocadas literas, así como un escritorio y una pequeña zona destinada al aseo personal. Además los reclusos tienen acceso a una biblioteca, un polideportivo (que incluye pista de squash y pádel, dos pistas de minifrontón y piscina,) y un patio, en el que se puede practicar el fútbol y el baloncesto.
La cárcel de Zuera está compuesta por 14 módulos de 72 celdas cada uno, así como un módulo destinado a la enfermería con una capacidad de 64 camas a la que José Ortega Cano pondría acceder en caso de tener algún problema de salud.
El horario que seguirá el extorero en prisión, quien actualmente se encuentra en un temporalmente en un módulo de ingresos, está bastante estipulado y cerrado. Se levantará a las 8 de la mañana, desayunará y el resto de la mañana podrá dedicarse a la realización de determinados talleres. A la 13:00 del mediodía, Ortega Cano se desplazara al comedor, donde tendrá una hora para comer, ya que a las 14:00 horas deberá regresar a su celda hasta las 16:30 horas, momento en el que podrá salir al patio con el resto de los recluso. A las 19:15 horas cenará y a las 20:00 horas deberá de estar de vuelta en la celda.
Cada uno de los internos que cumplen su pena en esta prisión sigue un programa individual de tratamiento, que engloba el conjunto de objetivos generales, específicos a seguir, así como las actividades a realizar, temporalizados en virtud de la condena real del interno con el único fin de la reeducación y la reinserción social de los sentenciados.
En cuanto a los motivos por lo que José Ortega Cano ha elegido la prisión zaragozana y no la de Sevilla 1 donde se esperaba que lo hiciera ha sido principalmente por dos motivos, tal y como ha declarado su letrado, Enrique Trebolle, a las puertas del centro penitenciario. "La razón principal es el cuadro médico estupendo y extraordinario que hay en esta institución penitenciaria. Hay otra razón evidentemente, que yo ejerzo en Zaragoza, tengo el despacho en Zaragoza, y habrá más comodidad para verle y estamos dispuestos a estar continuamente tratándole y cualquier cosa que esté a nuestra disposición para que él se sienta apoyado y bien informado de todo" declaraba el abogado.
Seguro en sus palabras, el letrado, quien ha señalado que continúan adelante con el recurso presentado al Tribunal Constitucional cuyo objetivo es reducir la pena de su cliente, ha desmentido tajantemente que el exdiestro haya ingresado en dicho centro penitenciario debido al trato de favor que podría tener el propio abogado. "Aquí todo el mundo somos iguales ante la ley. Se le va a tratar como cualquier otro preso. El motivo por el que hemos elegido este centro penitenciario es que como todos ustedes saben José Ortega Cano tiene una salud muy delicada. Y aquí estará cerca del médico que le ha salvado la vida en un par de ocasiones. Ese es el motivo. Nada de tratos de favor".
En cuanto al estado anímico del torero, su abogado ha ensalzado la valentía de su defendido declarando: "Es un hombre que siempre ha dicho que va a cumplir con el mandato de la justicia. Afectado, es la primera vez que ingresa en un centro penitenciario una persona tan conocida, una persona de tantas relaciones, pues está lógicamente afectado. Pero es un hombre que ya les digo yo de antemano que es valiente".
Ahora, el tiempo y el trabajo de sus abogados decidirán a cuentos meses se extiende la pena del extorero condenado a dos años y seis meses de cárcel por homicidio imprudente y conducción temeraria y a pagar una indemnización de 158.000 euros y la retirada del carnet de conducir durante un periodo de tres años, tras el accidente que costó la vida a Carlos Parra.
