Natural de Barcelona y no de Castellón, técnico en anatomía patológica y no enfermera y buena aunque muchos se empeñen en decir lo contrario, María José Campanario se sentó ayer en el plató de El Hormiguero para desmentir muchas de las cosas que se han dicho sobre ella. Segura de si misma, la mujer de Jesulín de Ubrique llegó subida en unos altísimos zapatos de tacón y confesando su admiración por las simpáticas hormiguitas. "Vengo por las hormigas. Te diría que es por ti, por tu fantástica barba, por tu atractivo, por tus ojos, pero son ellas las que me tienen enamorada" afirmaba María José ante el presentador del programa, Pablo Motos.
Orgullosa de su marido, quien ha dado el gran saltó de los ruedos a la gran pantalla, convirtiéndose en el coprotagonista de Torrente 5, María José solo tienes palabras de admiración hacia Jesús, a pesar de que ella también hace un pequeño cameo en la cinta, al que quita importancia. "Bueno como actriz, actriz es una palabra muy grande, el "peazo" de actor es mi marido, me ha dejado, a todo el mundo sorprendidísimo, está genial, yo me lo pasé bomba, genial, con todo el equipo, son gente maravillosa, es una pasada trabajar con Santiago" relataba emocionada Campanario, quien ha dejado claro que en su círculo más cercano nadie le llama "La Campa". "Eso es para las grandes, La Pantoja, La Jurado, pero yo no canto, no bailo, no pinto, soy la mujer de".
María José, quien admitió que su papel en la quinta entrega de Torrente solo dura 30 segundos, habló de la caracterización de su marido en el filme después de que trascendieran una serie de fotografías durante el rodaje, en el que Pablo Motos admitió que también tenía un cameo. "Podría engañarme a mí misma y a todo el mundo diciendo que yo lo veo sexy siempre, pero claro es que con ese pelo, angelito, está simpático" afirmaba la mujer del torero.
Feliz por su mini participación en una de las películas más taquilleras de nuestro país, María José no duda en alardear de sus dotes como “actriz” ante Pablo Motos. “Yo lo hago mucho mejor que tú, de hecho Santiago me ha dicho que el mejor cameo ha sido el mío.” Pablo o María José, lo cierto es que el mérito se lo lleva Jesulín, tal y como admitía el presentador y a continuación su esposa. "Cuando estábamos en el rodaje, estaba concentrado, no fallaba nunca, siempre perfecto, hacía lo que le decía, este tío cuando se pone se pone" relataba Motos a lo que Campanario respondía: "Yo lo admiro, me parece admirable siempre se lo digo, porque todo lo que se propone, menos cantar, lo hace bien. Seamos realistas".
Animada y muy distendida, María José no dudó en relatar como conoció a Jesulín, junto al que lleva 13 años y tiene dos hijos en común. "Yo iba con dos amigas de vacaciones (…), y aparecí en un pueblo al lado de la Finca sin saber que ahí estaba la finca de mi marido. Después de comer tomamos café en un restaurante, estaba mi marido con tropecientas mil personas como ha estado siempre y una de las personas que venía conmigo lo conocía, lo saludó, nos presentó al resto de la familia y nos pidieron que nos sentáramos con ellos a tomar café, hasta ahí todo bien. Después de tomar café nos fuimos, pero hubo una llamada de teléfono a esta persona para que fuéramos a tomar café a la finca y curioso porque recuerdo que llamé a mi madre y le dije: mamá, ¿sabes a dónde voy? Y me dijo donde: le dije voy a la finca de Jesulín de Ubrique y mi madre me respondió: como te hagan una foto, te mato.
Después, Jesús tuvo algún que otro escarceo que les distanció durante tres meses, sin embargo, el torero decidió conquistar a la que ahora es su esposa y se dejo la piel por ella. “Es gracioso, simpático y además es interesante, es un tío que encandila, de verdad".
Un poco cansada de su popularidad, Campanario no duda en admitir: "Sería muy desagradecido negar que me ha aportado muchas cosas, quizás no tan valorables para mí, pero si es verdad que me encantaría que no me conociera nadie (…), el famoso y conocido es mi marido, yo soy una adosada, la mujer con la que se casó, la madre de sus hijos, y ya está".
Para terminar la entrevista, Pablo Motos quiso poner a prueba las habilidades como dentista de María José Campanario, quien estudia ahora la carrera de odontología en Oporto, sentándose en un sillón de dentista y dejándose en sus manos. Yo soy buena, aunque se empeñen en decir que no. Imagínate mala y con estos instrumentos de odontología en las manos” bromeó María José, quien se despedía de Pablo Motos diciendo: “Me va fenomenal, tengo dos niños preciosos, un marido estupendo, y ahora mismo me da hasta miedo decir que estoy fenomenal y encantada me lo he pasado bomba”.
