Barcelona ha vivido este fin de semana un acontecimiento que, sin duda, todos recordarán durante mucho tiempo. La boda de Shristi Mittal, sobrina del multimillonario Lakshmi Mittal, y el empresario Gulraj Behl ha dejado huella, y no solo el día del enlace. Las celebraciones comenzaron este jueves, día en el que se inauguró una larga fiesta que vivió ayer su momento álgido con la gran boda, marcada por el lujo y la extravagancia.
La familia Mittal no ha escatimado en gastos. El Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) cerró sus puertas para acoger el gran enlace. Allí, los novios contrajeron matrimonio ante 500 invitados que, contagiados por el ambiente festivo y exótico del evento, mostraron sus looks más orientales. Eso sí, sin poder lucir prendas blancas ni fucsias, colores reservados para las vestimentas de los novios.
En la lista de invitados se encontraban nombres destacados como el del presidente de la Generalitat, Artur Mas, el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, la delegada del Gobierno en Cataluña, Llanos de Luna, o la vicepresidenta del gobierno catalán, Joana Ortega.
El novio, de blanco y con un extravagante turbante, protagonizó uno de los momentos más pintorescos de la jornada, entrando en la ceremonia montado en un caballo. La novia se hizo esperar casi tres cuartos de hora, apareciendo finalmente radiante y sonriente en una limusina Mercedes. Vestida a juego con su prometido, Shristi Mittal deslumbró con un vestido fucsia con múltiples adornos dorados y de pedrería. El velo y el adorno que lució en su pelo dieron un toque aún más exótico al atuendo de Shristi. Y así, entre el medio millar de invitados y la elaborada decoración floral, la pareja se dio el “sí, quiero”.
Después del enlace, los asistentes pudieron disfrutar de un espectáculo pirotécnico en la fuente de Montjuïc, que se encendió a modo de regalo de bodas de la ciudad para los novios. El banquete nupcial, celebrado en la Sala Oval del MNAC, contó con un menú de excepción confeccionado por un cocinero de gran prestigio, Sergi Arola, mientras que el repostero Christian Escribà se ha encargado de preparar un impactante pastel de seis pisos y 60 kilos de peso. Tras el espectáculo y el banquete, la celebración continuó hasta altas horas de la madrugada con bailes y un ambiente muy festivo.
La repercusión del acontecimiento llegó hasta las calles de Barcelona, donde cientos de curiosos se agolpaban para conseguir alguna fotografía del evento. Se estima que el gasto de la boda podría rondar los 60 millones de euros.
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