La duquesa de Medinaceli, Victoria Eugenia Fernández de Córdoba y Fernández de Henestrosa, fallecía el pasado 18 de agosto en su residencia sevillana, Casa de Pilatos, a la edad de 96 años. El día en el que se cumplía un mes de su muerte, se celebró en la iglesia de Jesús de Medinacelli en Madrid una misa por su eterno descanso. Al funeral acudió su nieto Rafael de Medina, que estuvo acompañado por su esposa, Laura Vecino.
Hasta el templo religioso se acercaron el torero Enrique Ponce, la condesa de Fernandinas, Javier Fitz-James Stuart, Beatriz de Orleans, Carlos Falcó, marqués de Griñón, así como Alfonso Martínez de Irujo, duque de Aliaga e hijo de la duquesa de Alba, que el pasado lunes acudía a otra misa en memoria de la finada en la Catedral de la capital hispalense junto a Alfonso Diez y su gran amiga Carmen Tello.
El gran ausente fue Luis Medina, nieto de la finada, quien quizá sus compromisos profesionales le impidieron estar en este funeral por su abuela. Luis no faltó, sin embargo, al entierro de su abuela con su hermano y su madre, Naty Abascal, hace un mes en la cripta del Hospital de Tavera, Toledo. Asimismo, viajaron a Toledo el marido de la duquesa de Alba, Alfonso Diez, y el hijo mayor de ella, el duque de Huéscar.
La duquesa de Medinaceli, nacida en Madrid, fue una de las grandes damas de nuestro país y ostentaba más de media centena de títulos nobiliarios que le valieron el reconocimiento de once veces Grande de España. Conocida por sus amigos como "Mimi", se casó en 1938 con Rafael de Medina y Vilallonga, alcalde de Sevilla entre 1943 y 1946, de cuya unión nacieron cuatro hijos de los cuales vio morir a tres. La primogénita Ana, condesa de Ofalia y marquesa de Navahermosa, falleció de cáncer a los 72 años en marzo del año pasado, Luis, duque de Santisteban del Puerto, falleció en 2011 y Rafael, duque de Feria, murió en 2001. Sólo le quedaba un hijo vivo, Ignacio, duque de Segorbe, impulsor y actual presidente de la actividad de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli.
Victoria Eugenia Fernández de Córdoba heredó el título de duquesa de Medinaceli tras la muerte de su padre, el XVII duque, Luis Jesús Fernández de Córdoba y Salabert, en julio de 1956. La abuela de Luis y Rafael de Medina gozaba de un gran reconocimiento social en la capital, donde impulsó numerosas obras culturales y sociales, aunque dada su avanzada edad se había retirado ya de vida social.
