Les vimos a mediados de junio sentados en las gradas viendo un partido de baloncesto de la Liga ACB y no sólo por la altura de Pau Gasol, sino por la química que desprenden el jugador y su novia, Silvia López, no lograron pasar desapercibidos entre el público. Ahora se han vuelto a dejar ver en un estadio, también muy acaramelados, pero en esta ocasión, disfrutando de otro deporte, de la natación.
La estrella de la NBA y su novia disfrutaron del Campeonato del Mundo de Natación que se ha disputados estos días en Barcelona, y mientras seguían con entusiasmo cada una de las pruebas, protagonizaron románticas escenas como esta, en la que se dieron un apasionado beso.
El jugador conoció a esta guapa catalana en 2009 y desde entonces se han vuelto inseparables. Silvia vive junto al deportista español en Los Ángeles, donde juega con los Lakers y, como ya dijo en las páginas de la revista ¡HOLA!, lo que más le gusta de la ciudad es que puede estar a su lado: “Lo que más me gusta de Los Ángeles es que allí estoy al lado de la persona a la que amo”.
Pau todavía se está recuperando de la operación a la que se tuvo que someter el mayo para solucionar la lesión que sufría en las dos rodillas y ahora está centrado en su rehabilitación, para volver a la cancha al cien por cien. “Esta mañana, muy buen trabajo en la piscina. Hoy hemos nadado 1500 metros. Día a día con mejores sensaciones2, escribía ayer en Twitter. Además de pasar estos meses centrado en su rehabilitación y contando con el apoyo de su novia, el jugador también ha llevado a cabo una gran labor solidaria.
Siempre comprometido con poner voz a los más necesitados y como embajador de UNICEF, el ala pívot ha viajado a un campo de refugiados sirios que se encuentra en Irak. En concreto al campamento de Domiz, donde pudo conocer de primera mano la dura realidad a la que se enfrentan los refugiados sirios y, especialmente, los niños. También ha sido uno de los muchos rostros conocidos que ha utilizado su peso en las redes sociales para movilizar a sus seguidores y animarlos a donar médula ósea, para intentar salvar la vida de un niño llamado Mateo, que tiene dos meses y sufre leucemia. Sin duda, un deportista de altura, con un corazón de oro.
