Suena contradictorio e incluso irreal, pero no lo es. Ayer frente a la Casa Blanca fueron arrestados Robert Francis Kennedy, sobrino del presidente de Estados Unidos John Fitzgerald Kennedy, y su hijo Conor, cuando protestaban junto a un centenar de personas por el calentamiento global.
Conor, cuyo rostro se hizo conocido este verano tras protagonizar un breve noviazgo con la cantante de country Taylor Swift no opuso ningún tipo de resistencia y al igual que su padre se entregó a las autoridades, quienes también detuvieron a la actriz y activista Daryl Hannah.
Los manifestantes, que no dudaron en ocupar la Avenida Pensilvania e incluso esposarse a las puertas de la Casa Blanca, en lo que ha sido considerado un acto de desobediencia civil, querían llamar la atención sobre el controvertido oleoducto Keystone XL, un proyecto en el que se construirían unos 3.640 kilómetros de conexiones para el transporte de unos 830.000 barriles diarios de petróleo crudo sintético y bituminoso diluido desde las arenas de Athabasca en Alberta (Canadá) a diferentes sitios de Estados Unidos.
El grupo exigía que el presidente Obama rechazara dicho proyecto ya que este agravaría aun más el problema del calentamiento global.
De acuerdo a un comunicado enviado por la plataforma medioambiental Sierra Club: "Después de que ser detenidos frente a la Casa Blanca, llevaron a ambos Kennedy esposados a una comisaría y los pusieron en libertad después de pagar una multa”.
Robert Francis Kennedy es un reconocido abogado ambientalista que dirige la organización Alianza Waterkeeper, quien ha definido la construcción del oleoducto Keystone como algo “criminal y catastrófico” con el que se enriquecerían unos pocos mientras que supondría una "amenaza para el futuro de la civilización", según un comunicado citado por la Huffington Post.
El Departamento de Estado, que tiene jurisdicción sobre el permiso para la construcción del oleoducto, dará a conocer en unas pocas semanas un borrador de la evaluación del impacto ambiental del proyecto.
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