Después de varios días fuera de su casa, en los que su mujer, Belén Esteban, desconocía su paradero y con rumores de infidelidad incluidos, Fran Álvarez ha regresado a su domicilio conyugal en Paracuellos del Jarama para hablar con ella.
La semana pasada llegaba la noticia de su separación, días después de que él abandonara su casa tras una fuerte discusión y según aseguraba la copresentadora en el programa Sálvame Deluxe, esta vez la ruptura sería definitiva, porque después de haber superado hasta cuatro crisis desde que se casaron en 2008, ya no podía aguantar más los altibajos de su matrimonio. “Fran quiere volar solo y está en todo su derecho”, decía con la voz entrecortada, y añadía que, con mucha pena, se había quitado su anillo de casada y tenía los papeles de divorcio preparados a falta de la firma de ambos.
Pero ayer Fran volvió a casa. Con gesto muy serio y cabizbajo se acercó a mediodía y se marchó por la tarde. Según dijo a los periodistas que estaban en la puerta de su casa, había ido a recoger una cazadora y había comido con Belén. Más tarde, Fran regresaba a casa, esta vez con su perro, Poncho, y allí ha pasado la noche. Una vez en casa, salió a la calle con ropa más cómoda, en pantalón corto y camiseta, porque el perro se había escapado, y no quiso hacer ninguna declaración.
Belén ya decía que, a pesar de haber tomado una determinación, tenía una conversación pendiente con su marido. No sabemos si anoche tendría lugar esa conversación, ni si ella se habrá echado atrás en su decisión de poner punto y final a esta relación de idas y venidas, pero lo que sí es cierto es que ha habido un acercamiento y que alguno de sus compañeros de programa apuntan a que la reconciliación está a la vuelta de la esquina. Kiko Hernández habló ayer con ella por teléfono con ella y en Sálvame trasmitió sus palabras: “Me ha dicho que están acercando posiciones” y que están intentando “no cometer los errores del pasado”. ¿Se darán una nueva oportunidad?
