Manuel Díaz ‘El Cordobés’ revela el secreto de su sólido matrimonio con Virginia Troconis: ‘Yo soy impulsivo y ella, más tranquila y reflexiva’

El torero y su mujer han sido elegidos por la marca de galletas Fontaneda, que celebra su 130º aniversario, para repartir desayunos en el centro de Madrid

Por hola.com

Uno de los matrimonios más divertidos y unidos del mundo de los famosos ha sido el encargado este jueves de dar de desayunar a todo aquel que quisiera tomar un café con galletas en el centro de Madrid. Y es que Fontaneda ha querido celebrar su 130º aniversario invitando a todos a desayunar sus famosísimas galletas junto a Manuel Díaz “El Cordobés” y su esposa, Virginia Troconis.


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“Una galleta María al día te llena de alegría, y mucho mejor si son dos” cantaba el torero mientras repartía galletas haciendo gala, una vez más, de su gran sentido del humor. Por su parte, Virginia contó que a sus hijos siempre les da unas galletas con un gran vaso de leche antes de ir al colegio, pero que el torero prefiere una buena tostada con jamón, algo mucho más español que a ella también le gusta para los días especiales.

Manuel estaba feliz en su papel de camarero y sobre todo por poder compartir la experiencia con su mujer, con quien el pasado 6 de febrero celebró siete años de feliz matrimonio. Precisamente fue en su último aniversario cuando la pareja disfrutó de su último desayuno en la cama: “Nos lo subieron los niños”, ha declarado el diestro poniéndose algo romántico. Y es que, aunque a él le gusta tener detalles con su mujer, reconoce que siempre es ella la que le sorprende.


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“Yo soy el loco y el impulsivo y ella es más tranquila y reflexiva” aseguró el torero al preguntarle por el secreto de que su relación sea tan sólida y estable. Perdidamente enamorado de la venezolana, Manuel bromea a la hora de hablar sobre un nuevo niño en la familia, aunque rápidamente reconoce que le haría ilusión ampliar la familia, como ya reconoció hace tres meses en otro acto publicitario.

Aunque los hijos del matrimonio -Manuel, de siete años y Triana, de tres- aún son pequeños para decidir a qué quieren dedicarse en un futuro, ambos coinciden en que no quieren que sean toreros. “Voy a hacer todo lo posible para que ninguno de mis hijos sea torero”, ha dicho el torero.