El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, acompañado de su mujer Michelle se desplazó a Arizona para asistir al homenaje celebrado en honor de las víctimas del tiroteo ocurrido en Tucson. Miles de personas, se estima que unas 15.000, acudieron al evento en el que las palabras de Obama sobre los fallecidos desataron emoción y las lágrimas de algunos de los asistentes. Aseguró que el estado de la congresista Gabrielle Giffords, herida en el suceso y que permanece en el hospital, está mejorando como él mismo pudo comprobar cuando la visitó. “Gabby ha abierto por primera vez los ojos” dijo.
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En su discurso invitó a los ciudadanos a la reflexión: “Tenemos que asumir los retos para disminuir la posibilidad de actos violentos en el futuro”. Al final del evento, los Obama se acercaron a las familias para mostrarles su afecto y consuelo, ya que la tragedia fue del todo inesperada. Se pudo ver además el cariñoso abrazo del matrimonio al astronauta Mark Kelly, marido de la congresista, que reflejaba en su rostro la preocupación de los últimos días.
El terrible suceso ocurrió el pasado fin de semana cuando un hombre comenzó a disparar durante un acto público de la congresista en un centro comercial de la citada ciudad, en el que resultaron heridas 18 personas y fallecieron seis. El agresor, de 22 años, había enviado diversas amenazas a personajes públicos y ya ha sido detenido por la policía.
