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El jueves Carlos Moyá vivió uno de los días más emotivos de su carrera. El tenista mallorquín jugó su último partido profesional y su pareja, Carolina Cerezuela, y su pequeña hija Carla, quisieron estar con él en este difícil momento.
La actriz, que minutos antes del encuentro escribía en su twitter: "Hoy veo a mi chico de nuevo jugar! Decir adiós desde la pista tiene que ser tremendo, bonito, triste...que duro. Uf q nervios! Carla y yo apoyando!", ocupó las primeras filas de las gradas del pabellón San Pablo de Sevilla, y con su niña en brazos, no se perdió ni un solo detalle del partido.
La pequeña Carla lucía una graciosa camiseta rosa en la que se podía leer la ya mítica frase de su papá “¡Hasta luego Lucas!” y bailó al son del Waka Waka en el regazo de su madre antes de quedarse plácidamente dormida.
Después del partido que disputó contra David Ferrer, Carlos recibió un cálido homenaje con el que el Ayuntamiento de Sevilla recordó su gran trayectoria profesional y le dedicó las conocidas 'Sevillanas del Adiós'. Una sorpresa que el mallorquín no se esperaba y que recordaba con estas palabras en su twitter: "Emotivo lo que me han hecho hoy en la pista de Sevilla,mil gracias a todos! Emocionante cuando me han cantado 'cuando un amigo se va'...".
Tras dar las gracias a un entregado público, Carlos brindó un precioso discurso de despedida en el que su mujer y su hija fueron las protagonistas: “Me despido. Ha sido el primer partido que ha visto mi hija, aunque ha estado durmiendo todo el tiempo, estoy orgulloso de que me haya visto y también mi mujer”.
Carlos Moyá anunció su retirada el pasado 17 de noviembre en una emocionante rueda de prensa y el 2 de diciembre recibió un multitudinario homenaje en su tierra natal, Mallorca. En esa ocasión, estuvo acompañado por Carolina y por su gran amigo Rafa Nadal y explicó que, aunque no sabía muy bien que iba a hacer a partir de ahora, confirmó que seguiría vinculado al mundo del tenis.
