La pareja presidencial apura sus últimos días de vacaciones en la costa Mediterránea. Nicolás Sarkozy y Carla Bruni han vuelto a elegir como destino para estos días de descanso la propiedad que la familia de la Primera Dama tiene cerca de Marsella. Los alrededores de la casa que los Bruni-Tedeschi poseen en la localidad de Cap Nègre dans le Var le han brindado al matrimonio los momentos de relax e intimidad que, quizás, no tengan durante el año. Desde comienzos de agosto, tanto Carla como su marido se han dedicado a disfrutar de la familia y los amigos, así como de los placeres sencillos como nadar, practicar ciclismo o leer, entre otras actividades.
La esposa de Sarkozy ha demostrado en todo momento que se encuentra en una excelente forma física y que sabe lucir el biquini como nadie. La Primera Dama ha optado, principalmente, por modelos sencillos y de colores neutros, que realzan su figura. Mucho más atrevido en los colores de sus bañadores ha sido Nicolás Sarkozy, que en esta ocasión optó por uno amarillo. No obstante, el Presidente se convirtió en el centro de atención de esta jornada playera no por su atuendo sino por su bravura a la hora de salir del mar. Parece ser que Sarkozy no calculó muy bien la fuerza y una ola estuvo a punto de derribarlo al perder la estabilidad. Menos mal que estaba a su lado Carla, que lo ayudó y en todo momento estuvo pendiente de su marido.
A pesar de este gracioso incidente, el Presidente de Francia ha dado claras muestras de su buena forma física. Frecuentemente se le ha visto dando paseos en bicicleta por las inmediaciones del domicilio familiar. Lejos queda ya el pequeño susto que dio cuando a finales de julio tuvo que ser ingresado a causa de un síncope mientras hacía hacía footing por los alrededores del Palacio de Versalles. Así pues, fue el mismo Sarkozy quien tras someterse a los pertinentes exámenes médicos tranquilizó a sus conciudadanos confirmando su buen estado de salud.
