Fernando Torres y Olalla Domínguez se casaron ayer en el ayuntamiento de El Escorial en una ceremonia discreta y privada cuando falta muy poco para que sean padres por primera vez.
Desde el consistorio municipal no han querido confirmar o desmentir esta noticia ya que aluden a que se trata de un acontecimiento personal que sólo el “Sr. Torres puede confirmar o desmentir”. Al parecer, la ceremonia habría sido oficiada por el concejal de Urbanismo y Medio Ambiente, Ignacio González Velayos entre las 16,00 horas y las 17,00 horas. La novia, según ha podido confirmar hola.com, iba vestida de rojo, y tan discretos han querido ser que ni amigos ni familiares asistieron al enlace. Sólo los dos testigos que marca la ley para la celebración de los enlaces civiles les acompañaron. Al verla, algunos empleados del Consistorio no pudieron evitar comentar que iba con colores "muy atléticos". El Atlético de Madrid fue el club en el que Fernando se hizo grande y la camiseta es rojiblanca. Los novios llegaron juntos, en el mismo coche y juntos, convertidos en marido y mujer, se fueron poco después.
Fernando y Olalla se conocieron hace diez años cuando él veraneaba con su familia en Estorde, Galicia. Desde entonces no se han separado. Olalla le acompañó a Inglaterra cuando en el 2007 el futbolista fichó por el Liverpool. El correo gallego anunció el pasado mes de febrero que la pareja estaba esperando su primer hijo y querían contraer matrimonio en Santiago de Compostela el próximo mes de junio.
Finalmente, han variado sus planes y han querido que el enlace se celebrara antes del nacimiento de su hijo y recién concluida la Premier League. A punto de ser madre por primera vez, la joven gallega no habría elegido un tradicional traje de novia sino otro más adecuado y cómodo para su avanzadísimo estado de gestación.
