A la Familia presidencial francesa, y a sus colaterales, parece que les ha entrado la fiebre matrimonial. En apenas tres meses, han sido cuatro las bodas protagonizadas por ocupantes del Elíseo, ex ocupantes y demás familia. Carla Bruni y Nicolás Sarkozy abrieron la veda el 2 de febrero pasado con su boda en El Elíseo. A esta boda, siguió la de la ex de Sarkozy, Cecilia con Richard Attias en Nueva York, el pasado mes de marzo. Y este fin de semana ha habido dos boda más en el entorno de los Sarkozy-Ciganer-Albéniz.
Jeanne- Marie, hija de Cecilia, se casó el sábado en París con Gurvan Rallon. Y como esta fiebre matrimonial no respeta edades, ha llegado hasta el abuelo de Carla Bruni, que a sus 88 años, dio el ‘sí, quiero’ a Carla Silvestri ayer por la mañana en Caselle Torinese, a pocos kilómetros de Turín.
Giorgio Remmert, abuelo paterno de la Primera Dama de Francia, contrajo matrimonio con Carla Silvestri, de 67, en la sede del Ayuntamiento de Caselle, el Palazzo Mosca. Una ceremonia con pocos invitados que contó con fotógrafos y muchos curiosos como testigos inesperados. Los novios, encantados de haber cumplido su sueño, no dudaron en dejarse retratar y posar con quién ofició el enlace, el alcalde de la localidad, Giuseppe Marsaglia Cagnola.
Carla Bruni y Nicolás Sarkozy no asistieron a la ceremonia. En cambio, estuvo el padre de la Primera Dama de Francia, Maurizio Remmert. Carla supo que su padre era Maurizio y no Alberto Bruni Tedeschi, que la crió como hija, cuando Alberto, en el lecho de muerte, le dio a conocer la noticia. La madre de Carla, Marisa, tuvo una aventura con Maurizio estando casada con Alberto y de esa relación nació la Primera Dama. Maurizio asistió con su esposa, Marcia de Luca, y otra de sus hijas.
