Los Beckham ya viven en Beverly Hills, en la casa de al lado a la de sus mejores amigos americanos, Tom Cruise y Katie Holmes, tal y como estaba previsto. Lo que en cambio se salió de lo esperado fue la presencia de Victoria Beckham en el campo de fútbol junto a su marido y que se convirtiera en la estrella por sorpresa del evento.
Victoria se vistió para no pasar inadvertida, vestido rosa chicle y bolso Birkin de Hermès en piel de avestruz y también en rosa chicle. Sobre quince centímetros de tacón de aguja pisó el césped sin inmutarse y firmó autógrafos como parte del show. David posó con un elegante traje claro y la camiseta con el número 23 (el que estrenó en el Real Madrid) en las manos y agradeció el animado recibimiento: "Lo primero que quiero decir lo honrado que estoy porque tanta gente haya venido a verme. Para mi lo más importante es la familia y después, el fútbol".
Poco después, David Beckham aprovechó para conocer la ciudad acompañado de sus tres hijos, Brooklyn, Romeo y Cruz, mientras Victoria hacía algunas compras. Ella es quién mejor conoce Los Ángeles ya que el pasado año pasó más tiempo en California preparando la llegada de su familia que en ningún otro país. Mientras tanto, Victoria salió a hacer algunas compras y se encontró con un conocido columnista de Hollywood al que le hizo una confesión, el único de sus nuevos vecinos que no le gusta es Eddie Murphy. La esposa de Beckham tiene sus razones. El actor negó ser el padre de la hija menor de su compañera en las Spice girls, Mel B. El juez decretó que se hicieran unas pruebas de ADN que demostraron que el intérprete de Súperdetective en Hollywood era el padre del bebé. La artista británica tuvo, en cambio, elogios para sus amigos, afirmó que Jennifer López "tiene un gran sentido del humor" y que Tom Cruise no ha intentado que formen parte de la iglesia de la Cienciología: "Conozco algo de la Cienciología pero no ha intentado convertirnos".
