Athina Onassis y Alvaro de Miranda, dos enamorados en España

El jinete participa en una prueba hípica en Madrid adonde llegó acompañado de su mujer y su hija

Por hola.com

Esta vez no compiten juntos pero no se separan ni por trabajo. Athina Onassis y su marido, el jinete Álvaro de Miranda Neto, llevan más de una semana en España. Estuvieron primero en Sotogrande (Cádiz) donde él participó en el Concurso Internacional de Saltos que se celebró el pasado fin de semana en el Ayala Polo Club.

Apenas terminado este torneo, se trasladaron a Madrid donde les esperaba el C.S.I. Club de Campo de la Villa. De nuevo, era Doda, como le llaman familiarmente, quién iba a competir y Athina estuvo acompañándole. Desde las gradas, Doda tuvo a sus más fieles seguidoras, su mujer y su hija, Viviane, de siete años. La niña nació en la relación del jinete brasileño con la modelo Sibele Dorsa y vive junto a su padre y Athina, que la conoció cuando sólo tenía cuatro años.

Athina y Viviane, como madre e hija
Tan buena es la relación entre las dos, que la nieta del mítico Aristóteles Onassis es quien se encarga de ella cuando su marido está compitiendo. Lo más normal es ver a las dos compartiendo "sandwiches", bolsas de patatas y refrescos. Es más, para que a la niña no se le hicieran muy pesadas las horas que debía estar en el circuito, Athina la entretuvo haciéndole fotografías con su cámara digital y luego mostrándoselas.

Inadvertida entre el público
Sino fuera por lo conocida que es desde su nacimiento, nada haría pensar que esa chica vestida con unas sencillas bermudas y una camiseta blanca de lo más normal es la rica heredera que tanta expectación ha despertado desde que era un bebé. La única descendiente directa viva de Aristóteles Onassis intenta ser una chica más con las salvedades obvias. Está acostumbrada a rodearse siempre de guardaespaldas y en cuanto cumplió los dieciocho años y tuvo poder sobre el legado de su madre, dejó el colegio para vivir su amor con Doda Miranda. Desde entonces, apenas se le ha visto con su padre, Thierry Roussel, que ni siquiera acudió a la boda.