Antonio Vigo se despide de Erika en familia

La pequeña de los Ortiz Rocasolano y el escultor vivieron una historia de amor de 7 años y tuvieron en común una hija, Carla

Por hola.com
Los sueños cobran forma
Doña Letizia abandona el barrio donde reside y se instala en el Palacio de La Zarzuela junto a los Reyes de España. Erika y Antonio se trasladan entonces a la casa que ésta se había comprado en Valdebernardo. Un piso de dos habitaciones con jardín y piscina en el que intentan empezar una nueva vida. Después de unos duros comienzos y de una vida en común no exenta de dificultades, los sueños empiezan a cobrar forma. Erika consigue trabajo en la editorial Franco María Ricci (FMR) -editora de la revista Arte- donde ejerció como directora de comunicación en España. Y Antonio da clases de dibujo en un Instituto de la Comunidad de Madrid, en Las Rozas. El escultor, que comenzó a formarse académicamente muy temprano en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, compagina su trabajo como profesor interino con su verdadera vocación y oficio: tallar la piedra.

Las buenas noticias se suceden y a Antonio, que ha ejercido en los últimos años diferentes trabajos para financiar su labor artística, se le presenta una nueva gran oportunidad laboral. El artista no la desaprovecha y firma un contrato de trabajo con una empresa privada de Cooperación Internacional que le mantiene durante más de un año viviendo en Uruguay. El país al que Erika pensó trasladarse para estar cerca del padre de su hija y para recuperar, en la medida de lo posible, su vida anónima pero al que, finalmente, sólo acabaría yendo de visita intuyendo quizá que no era ésta la solución a la hora de apostar por una nueva vida.

Los largos meses que Antonio pasó trabajando en el exterior no ayudaron a que la pareja solventara sus posibles diferencias. De hecho, pudieron haber tomado la decisión de seguir caminos diferentes, después de haber vuelto a compartir su vida durante algunos meses en Madrid.

Debut como escenógrafa
La hermana menor de la Princesa de Asturias se concentra en su nuevo trabajo de diseñadora gráfica de "Globomedia", la productora que preside Emilio Aragón, y forma parte del equipo encargado de diseñar decorados, escenografías y cabeceras de algunos de los programas que la productora -con doce años de existencia- realiza principalmente para los canales privados de televisión. Una noticia que trascendió a la opinión pública cuando, la misma semana en la que nacía la Infanta Leonor, Erika se encontraba preparando en secreto su debut como escenógrafa y presentando sus decorados para la obra "Blancanieves", cuya dirección y producción corrió a cargo de dicha empresa. Una gran cita a la que acudirían como sus invitados de honor el príncipe Felipe y su madre, Paloma Rocasolano.

Antonio regresa al barrio donde residen sus padres (Aluche) e intenta, por encima de todo, hacer su vida manteniéndose al margen de las últimas noticias. "Con todos los respetos no voy a entrar en detalles de mi vida privada. No voy a participar en informaciones falsas y mucho menos hablar de los demás". Erika sigue viviendo en la casa que perteneció a su hermana doña Letizia sin dar tampoco explicaciones sobre su situación personal. Paloma Rocasolano les cubre, de alguna forma, las espaldas y ocupa como abuela de Carla el papel de intermediario entre ambos afrontando este nuevo revés en su familia con bastante fuerza y optimismo. Erika y Antonio también encaran las nuevas circunstancian con confianza y con el tiempo superan totalmente su separación, aunque manteniendo siempre una buena amistad por el bien de su hija, Carla.