Crisis sí pero ni mucho menos ruptura. Lo que pasó entre Eva González e Iker Casillas fue una simple riña de enamorados que quienes nada tienen que ver con ellos comentaron hasta la saciedad convirtiendo (de cara a la galería) un grano de arena en una montaña.
Necesitaban pensar, darse un tiempo y en eso estaban cuando se publicaron unas fotografías de Iker despidiendo a una chica. Ahí comenzaron los comentarios...sin fundamento porque ella es una amiga de siempre y las fotos se tomaron nada más y nada menos que en el portal de la casa de Eva. Les ha molestado que se diga que él es un fiestero, que ella está cansada de sus salidas, lo que, por otra parte, no puede ser verdad porque apenas sale y es un chico de veinticinco años muy responsable. Su prioridad son sus obligaciones con el Real Madrid y la Selección española de fútbol.
Iker se enteró de todo mientras estaba concentrado con la selección, la pareja estaba ya en un descanso de su partido pero en cuanto volvió a Madrid intentó volver a hablar con Eva de nuevo. El reencuentro se produjo tras la fiesta de los premios T de Telva. Eva llegó guapísima, impresionante con un vestido largo rojo y estola de piel. A su llegada insistía: "Estamos en un momento de reflexión. Nada más". Mientras la modelo sevillana estaba en el hotel Palace en la mencionada fiesta, el teléfono le mantenía junto a Iker, le dijo donde iba a estar cuando saliera de allí. Al final de la celebración, junto a otros amigos entre los que estaba la modelo Laura Sánchez, Eva seguía la fiesta en uno de los locales míticos de Madrid e Iker se unió a ellos. Antes ya habían aclarado que querían estar juntos lo que no significa que se hayan comprometido y que, a corto plazo, estén pensando en boda. Lo que quieren es empezar otra vez, cambiar los cimientos de su relación y lograr calma, que con dos corazones tan apasionados no es tarea fácil. Esta semana han aprovechado para pasar más tiempo juntos y así días después iban juntos a ver el espectáculo musical Hoy no me puedo levantar.
