Marta Robles, Sonia Ferrer y Emma García, un trío de bellas y populares presentadoras

Por hola.com
—Supongamos que tenéis que dar o comentar una noticia en la que una persona a la que tenéis cierto aprecio no sale bien parada,¿qué hacéis?
M.—Yo creo que se puede hablar de todo y de todos siempre que se haga con rigor, con delicadeza y con buen gusto. Creo que es innecesaria la crítica por la crítica. Con lo cual, se trate del personaje del que se trate, le tenga aprecio o no, siempre voy a hablar de él con un respeto total.
S.—Dar gracias por trabajar en un programa que sólo informa, no juzga.
E.—Tratar con el mismo respeto a todos, a los que conozco y a los que no.

—Muchas mujeres ven vuestro trabajo muy apetecible y seguramente os envidian por ello.¿Qué les diríais para convencerlas de que no todo es tan de color rosa?
M.—Ahora que estoy haciendo un programa semanal, muchas personas me preguntan:¿Vas sólo un día a la se- mana a la tele? No saben, claro, y no tienen por qué saberlo, lo que es dirigir y presentar un programa, y más cuando es grabado. No tienes horario, no terminas nunca, cada día tienes reuniones, grabaciones, etcétera. En fin, a mí me encanta y no me extraña que me envidien, pero es bastante movidito.
S.—¡Uf! Empezaría por hablarle de la inestabilidad laboral, de lo difícil que resulta andar sobre una cuerda floja, de lo difícil que resulta sonreír cuando tienes ganas de llorar, de lo que se siente cuando la gente se permite juzgarte, y eso sin contar las dificultades que existen como en cualquier otro trabajo.
E.—Que es muy gratificante, pero también muy estresante; no paro en todo el día...

—¿A qué renunciaríais de vuestra vida personal por la profesional?
M.—Sólo a una cosa: a tener más tiempo libre para estar con los míos y poder dedicar más tiempo a lo que me gusta. De hecho, he renunciado a esas horas de asueto y la verdad es que tanto mi familia como mis amigos a veces me lo echan en cara, y con razón.
S.—A lo que ya he tenido que renunciar hace muchos años, a tener cerca de mí a mi familia y a mucha gente que quiero.
E.—No se trata de renunciar, sino de compatibilizar, y que tu pareja se arme de paciencia...Yo en eso tengo mucha suerte.

—¿Recomendaríais esta profesión a vuestros hijos?
M.—.Tal y como está la vida, yo lo que les recomiendo a mis hijos y lo que trato de enseñarles es, primero, que sean buenas personas y, luego, que intenten dedicarse a aquello que les gusta, porque, por suerte o por desgracia, dejamos muchas horas de nuestra vida en el trabajo.
S.—A mis hijos les recomendaría que hiciesen lo que de verdad les hiciese sentir felices, fuera cual fuera la profesión.
E.—Cuando los tenga...¿Por qué no? Que hagan lo que quieran, pero que lo hagan bien.

—¿Es importante la belleza en el mundo de la comunicación en televisión?
M.—Yo creo que la belleza es relativamente importante en cualquier parte. Quiero decir que es una buena carta de presentación, pero que luego, si no hay nada dentro, no sirve para nada.
S.—Es evidente que lo que importa es el «buen hacer»,pero una buena imagen nunca está de más.
E.—Igual que en otras profesiones, lo importante es estar a gusto con uno mismo y sacarte el máximo partido. Yo no me considero nada del otro mundo, y mira...