Ana Obregón: ' Soy una señora y me tengo que callar sobre mi relación con David Beckham'

Por hola.com
—Me aseguras que sin motivo alguno
—Así es. Sin ninguno. Me dijo que me alejara de su marido, que cómo podía ir tan mal vestida, que yo era una especie de pedazo de m..., que cómo iba a estar su marido interesado en una vieja como yo y que lo único que yo quería era salir en el ¡HOLA! a costa de David.
—Quizá intuye que coincides aposta con su marido, Ana.
—Te vuelvo a decir que me tengo que callar y no tengo que decir nada más.
—Ya sabes: el que calla otorga.
—En las sociedades machistas siempre parece que somos las mujeres las que perseguimos a los hombres.
—¿Piensas que Davidl no es feliz en su matrimonio?
—Yo no puedo ni quiero entrar en eso.
—Unicamente una apreciación, Ana.
—Yo pienso que lo que Victoria, que es madre de tres hijos, no debería en ningún momento es haber perdido los papeles con esa prepotencia. Hablaba como si ella fuera Dios y hubiese bajado a la Tierra a hablar con la persona más rastrera de este mundo, que era yo. Habló con poca clase y tan poco estilo...
—Puede alguien decir que has aprovechado todo esto para hacer propaganda de la serie, Ana.
—En absoluto. Ha sido pura casualidad. Desde hace muchos años vengo haciendo este reportaje navideño para ¡HOLA!
—Lo que me has contado que te dijo es bastante duro.
—Y todo eso me lo dijo con dos guardaespaldas detrás.
—Imagínate que tienes ocasión de verte cara a cara con Victoria Beckham.
—Le diría que, si yo soy tan mayor para su marido, que si voy tan mal vestida, que si ella es tan guapa y natural y que si el suyo es un matrimonio modelo, ¿para qué ha tenido que montarme este número? Eso es lo que yo la diría.
—A lo mejor todo ha acabado aquí.
—Yo voy a demandarla por insultos y vejaciones, pero, ¿sabes qué pasa?, que me quedo con muchas cosas dentro que me las tengo que callar.
—Qué quieres que te diga, Ana, a mí David no me parece prepotente en absoluto.
—Para nada. Es todo lo contrario que su mujer. Pero Victoria es de ese tipo de personas que tienen una prepotencia tremenda. Ha tenido un ataque de celos mortal.
—También tú tienes temperamento.
—Que no me desprecie nadie porque todo el mundo sabe que soy una leona.
—No me has dicho tu opinión de Victoria Beckham.
—Habiéndola visto de cerca, prefiero callarme.
—Al menos tendrás tu opinión sobre su forma de vestir.
—Es muy natural.
—Eso va con «segundas», Ana.
—Como es tan alta y siempre va sin tacones y no se pone sandalias en invierno, pues...
—Tiras con bala.
—¡Ah, bueno! También ha dicho que yo llevaba unas mallas de gimnasia rosas y yo no tengo ningunas de ese color. Mira, si Victoria hablara con su marido, que es con quien tendría que hablar, y engordara unos kilitos, estaría mejor.
—De todas formas, Ana, no te pierdes una.
—Recuerda lo que te he dicho antes de los vinos.