—Aunque a veces sea difícil, hay que intentar decirlas a la cara.
—¿Te han dado muchas «puñaladas traperas» en tu vida?
—Alguna que otra, como a todos en la vida. —¿Un prepotente que te hace pensar?
—Intento pensar las cosas lo máximo posible antes de reaccionar. Aunque, a veces, me es difícil.
—¿Si escasea el dinero?
—Para mí hay cosas más importantes en la vida que el dinero.
—¿Se puede fingir el amor?
—Imposible. Es un sentimiento que no se puede controlar.
—¿Has tenido mucho que fingir en tu vida?
—No sé hacerlo, y por ese motivo, en alguna ocasión me he metido en algún problema.
—¿Mujer de mil caras alguna vez?
—Nunca. Siempre he sido una persona transparente.
—Tu abuelo es un personaje muy singular.
—Sí, y últimamente le hemos visto más. Me encanta verle así de feliz.
—¿Haces siempre lo que quieres, Chábeli?
—Cuando puedo y me dejan, suelo hacer lo que quiero.
—¿Contra qué te rebelas?
—La verdad es que antes era muy rebelde, pero ahora no tengo por qué serlo.
—¿La mejor forma de conquistarte?
—Con mucho cariño y con la verdad por delante.
—¿La mejor forma de halagarte?
—Con pocas palabras y muchos hechos.
—¿La mejor forma de enfadarte?
—Me enfado menos cada día. Mi hijo me ha enseñado a tener mucha paciencia.
—¿Es fácil sacarte de quicio?
—Ya no lo es tanto como hace unos años…
—Se dice que la propia vida es la mejor experiencia.
—La escuela de la vida es donde aprendes a vivir, y luego puedes hacer lo que quieras con ella.
—¿De verdad que ves casado a Enrique algún día?
—Por supuesto. Me encantaría que mis dos hermanos se casaran y formaran una familia algún día.
—¿Qué se hace por un hijo?
—Lo que nunca pensaste que llegarías a hacer.
—¿Por una madre?
—Todo y mucho más. Ahora que soy madre me doy cuenta de lo importante que es una madre.
—¿Por un padre?
—A mi padre le quiero muchísimo y daría todo por él.
—¿Por un hermano?
—Quiero mucho a mis hermanos. También daría todo por ellos.
—¿Por un marido?
—Todo lo que fuera posible e imposible.
—¿Por un amigo?
—Todo lo que conlleva una amistad verdadera.
