Manuel Díaz 'El Cordobés' y su esposa Virginia Troconis pasan las Navidades al sol de Venezuela, donde se han comprado una casa

Por hola.com
¿Cómo se celebran en Venezuela estas fiestas?
—Estas van a ser mis primeras Navidades en Venezuela, por lo que todavía no sé muy bien cómo son sus costumbres, aunque me han hablado sobre ellas. Este año tendré la oportunidad de conocerlas más de cerca.
¿Cómo es tu vida junto a Virginia y qué es lo que ella te ha aportado para encontrar la estabilidad sentimental?
—Virginia es como un ángel, por eso quiero tanto este país, que es para mí como un cielo, ya que en él conocí a la que es hoy mi esposa y a una familia que me adora. Eso, sin hablarte de otra familia que siento como mía, la afición venezolana, que me ha acogido como algo suyo. Venir a torear a Venezuela es como hacerlo en mi propia casa. Me encanta esta tierra.
¿Pensáis ampliar la familia en un futuro?
—Sí, seguro que sí; tendremos tres o cuatro hijos más.
Tú, que eres una persona muy solidaria, ¿has pensado en hacer algún festejo benéfico en Venezuela?
—Sí, el próximo año voy a torear en el mes de noviembre en la plaza de Valencia a beneficio de los niños pobres.
Háblanos de la temporada pasada. ¿Cómo la has terminado?
—Para mí ha sido muy satisfactoria, con un incremento en plazas de responsabilidad. Pero más importante que una faena a algún toro es la felicidad de mi gente, que sigue llenando las plazas para verme y van a la taquilla diciendo: «Dame dos entradas para ver a Manolillo».

Nuevos apoderados

¿Es cierto que tienes nuevos apoderados?
—Sí, y, además, tengo mucho que agradecerles. José María González de Caldas y Marcos Sánchez Mejías me han enseñado que es mejor calidad que cantidad. Son honrados y serios, y son más amigos que otra cosa.
Por último, ¿cómo te planteas la próxima temporada?
—Muy importante, con un planteamiento bastante serio. Voy a estar en las principales ferias de España y, sobre todo, voy a estar donde me respeten como hombre y como torero. Yo ya no toreo por dinero, gracias a Dios, toreo porque soy joven y ésta es la profesión más bonita del mundo.