Olivia de Borbón: 'Alonso Caparrós no me ha roto el corazón. Él tiene que vivir su vida'

Por hola.com
—Pero una cosa es apoyarte en alguien y otra estar enamorado de esa persona.
—Yo tengo muy claro lo que sentía.
—¿Lo mismo que ahora?
—También tengo muy claro lo que siento, pero igual que digo que lo de dentro fue público y éramos conscientes de ello, ahora es muy privado. Mis sentimientos son algo de lo que nunca he hablado anteriormente y espero no volver a hacerlo. Repito, eso espero.
—Sí, porque nunca puedes decir «nunca jamás».
—Es cierto, pero en este momento no quiero hablar del tema, porque, además, aquí fuera hay más gente implicada, y hablar continuamente de esto les puede llegar a molestar. Esto no quiero que suceda en ningún momento.

’Obviamente, no ha sido mi primera relación’
—Pero, de la noche a la mañana, todo cambia entre Alonso y tú. ¿Cómo llamarías a lo sucedido, Olivia?
—¿Ver las cosas de otra manera?
—Pero todo era perfecto entre vosotros dos.
—Sí.
—A lo mejor, tus sentimientos te han jugado una mala pasada, Olivia.
—Por mi parte, yo tengo las cosas muy claras en relación a lo que sentía por Alonso y también a lo que siento ahora.
—Recuerdo una frase tuya en voz baja, susurrándole al oído: «No me rompas el corazón».
—Me lo han roto varias veces. Tengo treinta años y, obviamente, no es mi primera relación.
—¿Te lo han roto en «La granja...»?
—No.
—Entonces, ¿por qué decías tú esa frase? ¿Quizá intuías algo?
—Posiblemente, posiblemente. Sabía que todo en la granja era muy bonito, pero que la vida de fuera no es así. Además, él y yo no nos hicimos promesa de amor eterno.
—Puedes también engañarte.
—A veces se intenta engañar al corazón, pero la cabeza es quien te mantiene alerta.
—A lo mejor, el peor trago lo han pasado tu madre y tu hermana.
—Estoy orgullosa de ellas. Me han respaldado de una forma tan fuerte y tan sincera... No sé por qué, pero la gente piensa que en mi familia cada uno va a lo suyo, y sucede todo lo contrario. Nos apoyamos muchísimo y nos queremos con locura. El núcleo central para todos nosotros es la familia. Sé que mi madre y mi hermana lo han pasado mal, porque me conocen y sabían que yo podía sentirme mal al salir y encontrarme con todo.

’Alonso tiene todo mi apoyo’
—Pienso, Olivia, que tienes derecho a opinar sobre lo que Alonso ha decidido hacer con su vida.
—Alonso tomó la decisión que le salió del corazón y ahora está centrado en recuperar a su familia y en seguir adelante. Alonso tiene un corazón muy grande que, a la vez, le hace ser muy impulsivo. Yo no soy rencorosa ni vengativa y tiene todo mi apoyo. Por otro lado, yo sé que estoy bien.
—Sin quererlo, podría haber dejado malheridos tus sentimientos.
—Sí, pero yo no tengo nada que reprocharle.
—¿En absoluto?
—No. ¿Sabes qué pasa? Dentro de la granja nos conocimos como granjeros y nuestra vida anterior no tenía nada que ver con la vida de dentro. Yo conocí a un Alonso quizá diferente, con otro tipo de presiones, como era tener que ordeñar la vaca por las mañanas. Nos conocimos en un momento muy bonito.
—Idílico.
—Exactamente. Por eso mismo yo no soy quién para opinar sobre su vida de fuera. Alonso tiene que vivir ahora su vida y yo, la mía. Pensándolo bien, Alonso quizá haya tomado una buena decisión. Pienso que le puede venir muy bien.
—Quién sabe si algún día retomáis otra vez el camino.
—¿Nuestra relación? Lo dudo mucho. En primer lugar, porque Alonso está luchando por retomar una relación.
—Pero igual también puede decir que no puede estar con ella y que quiere volver contigo.
—Sí, pero yo estoy retomando mi vida. Tengo ganas de encontrar algo bonito por lo que luchar. Yo sólo busco una persona que me respete, que me quiera y que, ante todo, me haga feliz.
—Pues decían que habíais vuelto juntos.
—Nada de eso. Nos habrán visto hablando, porque cada domingo hemos venido saliendo a tomar algo juntos todos los que hemos intervenido e intervienen en el programa, tanto concursantes como equipo técnico.

’Eso es lo que yo quiero hacer en la vida’
—Insistes en el cine todavía, Olivia.
—Así es. Es algo que me viene desde muy pequeña. Mi madre es muy bohemia, muy artista. Le encantan la pintura y escribir. Me recuerdo a mí misma de niña sentada frente a la televisión viendo películas clásicas y diciendo: «Eso es lo que quiero hacer yo en mi vida». Te estoy hablando de cuando yo tenía tres o cuatro años. Aunque finalmente no consiga ser actriz, lo estaré intentando hasta el día que me muera. Eso lo tengo clarísimo.
—Te noto, Olivia, como si llevases a cuestas con la mejor de tus sonrisas y tu mejor disposición todo lo que ha sucedido.
—Te vuelvo a repetir que para mis sentimientos soy muy privada. Mucho. Y si lo llevo mal o bien...
—Es cosa tuya.
—Es cosa mía. Pero, sinceramente, tampoco he tenido tiempo para llevarlo ni bien ni mal. Estoy tan ocupada...
—Quizá sea mejor así.
—Ahora mismo, sí. Ya tendré tiempo para reflexionar. Pero estoy muy abierta a todo lo nuevo, a todo lo que venga.