Hace escasas semanas, la española María Bravo, que fuera novia del famoso actor Bruce Willis, aparecía en una fiesta en Marbella en compañía de Jean Dousset, un empresario de joyería francés, al que presentó como su marido. No fueron muchos más los detalles que María aportó sobre su boda, salvo lo feliz y contenta que estaba de haber podido presentar públicamente a su esposo. Ahora traemos precisamente a estas páginas las fotografías de dicho enlace, que tuvo lugar en la casa del matrimonio en Los Angeles y que fue inscrito en el Registro el pasado 18 de mayo.
—Fue una boda tal y como soñamos —recuerda María—, en la más estricta intimidad, en el jardín de nuestra casa y con la presencia de nuestras familias.
Y añadía: —Por fin he encontrado la felicidad. Me ha llevado casi toda una vida ser feliz. La primera vez que me casé, hace ya casi quince años, lo hice absolutamente enamorada. Sin embargo, con el paso del tiempo me di cuenta de que quería a Pierre como a un padre o como a un hermano, pero no como a un marido. Y así se lo hice saber. Por tanto, y antes de guardar un mal recuerdo de nuestro matrimonio, decidí divorciarme. De hecho, Pierre y yo mantuvimos una muy buena amistad hasta el día que falleció de un infarto en mi casa, a los cuarenta y dos años.
Por último, y acerca del recuerdo que le queda de Bruce Willis, María reconoce: —Me enseñó a vivir el momento al máximo, porque lo que de verdad importa es el instante. Yo siempre estaba pensando en el mañana. Por eso, el pasado, pasado está, y el futuro… es incierto.
