No conozco su opinión, no sé lo que le gusta.
-Pues de entrada creo que usted le gusta y mucho...
Entiendo que mis relaciones pueden despertar un cierto interés pero yo soy muy discreta con mi vida privada... ¿Qué quiere que le diga?
-Que son novios y que están muy felices
Somos amigos desde hace tiempo.
-Sí, pero no serían los primeros amigos que acaban casándose.
Soy demasiado joven. En agosto cumplo 25 años y no ha llegado el momento de pensar en boda.
-Pero no estábamos hablando de boda, sólo de noviazgo...
¿Ve algún anillo en mi mano que pueda indicar un compromiso? El día que me comprometa con alguien seguramente luciré uno y lo llevaré bien a la vista.
-¿Para ser "novia" hay tener anillo?
No. Es una manera de decirle que cambiemos de tema. Además, prefiero los relojes. Me encantan los de LaCourt, son mis accesorios favoritos.
-No estará comparando un accesorio con un novio aristócrata, ¿verdad?
El título no significa nada y no te hace diferente. Así me lo han enseñado en casa.
-Entonces, ¿no se casaría con un conde?
Sí, pero con un conde del que estuviera enamorada, que mereciera mi respeto, etc ... Es decir, con un hombre, no con un título.
-¿Y su padre, Eduardo Rojas, qué opina sobre esto?
Mi padre es un ser excepcional que tiene una capacidad increíble de adaptación a sus 95 años. Me sorprende ver cómo, a sus ojos, la mayoría de las cosas que hacemos son banales y cómo se preocupa por lo que de verdad importa: Falta de valores, de principios y, últimamente, también por el retroceso de nuestras civilizaciones.
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