Desde hace varios meses, King convivía con Mari Luz Gallego y los tres hijos de ésta (dos chicas adolescentes de edades similares a las de las víctimas y un niño de diez años) en una vivienda ubicada en el interior del colegio Emilia Olivares de Alhaurín el Grande y trabajaba como camarero en un bar al que acuden sobretodo ciudadanos británicos. A Mari Luz la detención de su compañero le sorprendió en su propio domicilio.
Ella - aunque no en calidad de detenida- también fue trasladada a la comisaría para prestar declaración el mismo jueves 18 de septiembre en el que fue capturado el supuesto autor de, al menos, dos de los de los crímenes que, como decíamos, más han sobrecogido a la opinión pública en los últimos años. Ella ha destacado que su compañero era cariñoso con sus hijos y también con la niña que él tenía de una relación anterior.
De hecho, ha asegurado que habían hablado sobre el asesinato de Sonia Carabantes y que él había respondido como lo hubiera hecho "cualquier otra persona" . Mari Luz ha corroborado, asimismo, que la noche del asesinato de Sonia, Tony salió cuando ella estaba dormida y que a la mañana siguiente llegó con arañazos en las manos y el pantalón manchado de sangre lo que atribuyó a un accidente de coche. "Es increíble creer todo esto sobre él", afirmaba Mari Luz a la cadena Canal Sur televisión. "Con su niña era un cielo, con mis hijas igual. Nunca fue violento conmigo", añadió.
Diversas fuentes atribuyen a la declaración o denuncia de la anterior compañera de King, la madre de su hija de siete años, que también reside en la Costa del Sol, decisiva a la hora de detener al británico.
Escalofriante confesión Como decíamos, desde el momento de su detención y hasta el domingo por la tarde, el criminal confeso fue interrogado por el cuerpo de investigación de la Guardia Civil y su macabro testimonio se filtraba día a día. El viernes trascendía que había confesado el crimen de Sonia Carabantes, acontecido el pasado mes durante la celebración de la feria del pueblo de la joven, Coín.
