Sonia Moldes y su marido, el ex futbolista francés Jean-François Hernández, han disfrutado de una paradisíaca luna de miel en la Polinesia francesa, en Tahití, tras su boda civil el pasado 26 de abril.
Allí, en un entorno deslumbrante, han pasado unos días con la sola presencia del mar, el sol y una cabaña a cielo abierto. «Hemos pasado la primera semana en la isla de Huahine —comenta la pareja—, una isla de 4.500 habitantes muy salvaje, únicamente dedicada al turismo, en una cabaña encima del agua. Es el sitio más bonito que he visto hasta ahora. La segunda semana estuvimos en Bora-Bora, que está a veinte minutos de avión de la primera. Hemos estado disfrutando del maravilloso lugar. También hemos practicado todo tipo de deportes acuáticos: moto de agua, navegación en barco, buceo…».
—¿Cómo definirías este viaje? —Para mí ha sido el viaje más bonito de mi vida —habla François—. Primero por con quién lo he hecho, con mi mujer, y después por el sitio. Pero sobre todo por lo primero ha resultado impresionante. —Puedo decir exactamente lo mismo —comenta Sonia—. Y eso que los dos hemos viajado mucho. —¿Qué recuerdos guardáis de vuestra boda? —La boda fue muy familiar y muy bonita, muy íntima. Como nos fuimos al día siguiente, no pudimos hablar con los invitados. Después, sí hemos podido compartir impresiones con ellos y todo el mundo se ha sentido muy a gusto. Se trataba de celebrar una boda muy familiar, con nuestra gente. Los nuestros y los amigos más íntimos. —¿Era la boda que deseabais? —Cada uno se hace la boda como quiere. Y nosotros la hemos hecho acorde a como somos realmente. Somos muy de familia, de nuestra gente. Ha sido de la misma forma en que vivimos el día a día con los nuestros. Y así hemos querido hacer nuestra boda. —Pero ésa no es la imagen real que tú has reflejado, Sonia. —Lo sé, pero realmente soy así. Afortunadamente, los míos, mi familia y mi marido saben cómo soy. —Y después de la boda, ¿qué? —Tenemos el proyecto de montar un negocio aquí en Madrid. Seguimos con Living Room, la discoteca, con el restaurante, y Sonia representando con su imagen a una firma de cosmética, basada en productos naturales, de la que seguramente vamos abrir una franquicia.
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