Humberto Janeiro, padre de Jesulín de Ubrique, aclara su situación familiar

Por hola.com

Es el «patriarca» de «Ambiciones» y de él se ha dicho que es la ambición personificada: también se afirmó que hacía y deshacía, compraba y vendía (más lo primero que lo segundo) disponiendo del patrimonio que su hijo Jesús (Jesulín de Ubrique) se ganó con el frío sudor del miedo que produce ponerse ante un toro. Pero nunca se había hablado de su vida sentimental. Nunca … hasta hace unas semanas en que parece que se ha abierto la veda y el filón. Un filón que lo relaciona con dos mujeres —con nombres y apellidos —, que también apunta a que podría tener un hijo no reconocido y que asegura que su matrimonio con Carmen Bazán podría estar al borde de la ruptura.

—Humberto, ¿se separa usted o no se separa?
—Ni estoy separado ni me voy a separar. Vivo en casa, como siempre, y hasta ahora mi mujer y yo estamos bien.
—Entonces ¿de dónde salen todos estos rumores y comentarios?
—Pues es algo que no sé. Aquí saltan las cosas y parece que la gente de la calle sabe más que uno...sobre uno mismo. Yo me quedo sorprendido.
—No nos irá a decir que son los periodistas los que se inventan las cosas.
—No. Pero pueden oír cosas y añadir otras, ampliándolas … Y les tengo mucho respeto a los periodistas y los admiro porque es una profesión muy difícil. Pero entiendo que, como todo el mundo, también se pueden equivocar.
—¿Su mujer le pidió permiso para ir a televisión?
—No. No tiene por qué pedírmelo. Carmen me dijo que iba al programa y le dije que me parecía muy bien, que estaba en su pleno derecho. Además yo sabía que no iba a ir a insultar a nadie.
—¿Es cierto que estaba viendo usted la televisión con su mujer y, de pronto, alguien dijo: «El padre de un torero se va a separar», refiriéndose casi claramente a usted?
—Cierto.
—¿Y qué cara puso usted? —Ninguna porque estaba acostumbrado a tantas noticias que, si no lleváramos esto con la calma con la que lo llevamos y la paciencia que tenemos, pues ya estaríamos en la familia todos contra todos. Parece que hay un interés en que mi familia se deshaga. Un día que si los hijos, otro que si las nueras … No sé, hay un mar de fondo ahí …
—Algunos dicen que «Ambiciones» es como «Falcon Crest».
—Sí, lo dicen. Pero es todo lo contario: allí todo es armonía. Lo que sucede es que hay que ver la película desde dentro, no desde fuera.
—Pero a usted le han tomado unas imágenes saliendo de una especie de hotel con una mujer, concretamente con Ángeles Sánchez Castro.¿Era usted?
—Por supuesto. Pero no salía de un hotel. Fuimos a ver una finca esta señorita y yo con el chófer y paramos a comer en un restaurante.
—¿Y quién es Ángeles Sánchez Castro?
—Es una persona a la que conozco desde hace siete u ocho años y con la que tengo mucha amistad. Nos hemos visto muchas veces, hemos tomado algunas copas juntos … Es una persona excelente con la que mantengo una buena amistad. Y nada más.
—¿Y no tiene usted miedo a que ella salga diciendo, por ejemplo, que entre ustedes hay algo más que amistad?
—No. No tengo miedo porque no tengo por qué tenerlo, ya que la conozco y no es capaz de inventarse nada. Ella vive en su casa con sus padres y no necesita nada de eso.