¿Hay alternativas saludables?
Una de las preguntas que nos surge es qué alternativas saludables tenemos a nuestra disposición frente a los refrescos. “Nuestro cuerpo está diseñado para consumir agua. Entre el 75 y el 60% de nuestro cuerpo es agua (dependiendo de la edad, género y salud), así que queda bastante claro lo que nuestro cuerpo necesita para hidratarse, ¿no? El agua no debería ser una opción, igual que no lo es ducharse o lavarse los dientes, es un básico de responsabilidad para con nuestro cuerpo”, cuenta Cristina Barrous.
El doctor Cerrud resume, por su parte, las alternativas de forma sencilla: “Más saludables que este tipo de bebidas es cualquier cosa que no tenga azúcar ni gas”. Y hace referencia a las llamadas bebidas light. “Cualquiera de estas bebidas en su versión light de saludable tiene poco, debido a los edulcorantes que ahora también están en tela de juicio”, añade, y recomienda como opciones agua, agua con gas, infusiones con miel, aguas con sabores (llevan edulcorantes), aguas de frutas (con o sin edulcorantes), gaseosa (gran y olvidado producto nacional, altamente recomendable), tinto de verano con casera o clara con gaseosa.
“Recomiendo cambiarlos por aguas con sabor o infusiones o té con sacarina o sin ella, dejándolo reposar y enfriar en la nevera. No engorda nada, sobre todo para personas a las que no les gusta el agua normal. También una jarra de agua con piel de pepino o limón (más medio zumo exprimido), y a la nevera. El paciente así también se quitará la tentación de sustituir la bebida azucarada por otras no recomendables, como el excesivo café, por su contenido en cafeína”, sugiere la doctora Lázaro.
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