Consejos para sacar partido al yoga en verano
Con la ayuda de Lucía Liencres, te resumimos varios consejos para aprovechar la práctica de yoga en verano:
1. Elige el momento adecuado: toca elegir a qué hora hacer tu sesión de yoga. Tal vez no te apetezca mucho madrugar en verano, cuando puedes remolonear en la cama sin mirar el despertador. Pero, en opinión de Lucía Liencres, se recomienda practicar a primera hora de la mañana (o a última de la tarde), ya que son las horas en las que el calor aprieta menos en estos largos días estivales. “Como, además, no deberías comer al menos dos horas antes de practicar, una buena opción es regalarte una sesión de yoga nada más levantarte antes de desayunar (o de bajar al buffet del hotel). De esta forma, el resto del día estará libre para hacer cualquier actividad”, sugiere.
2. Busca un sitio para ti. Igual que elegir el momento perfecto, hay que elegir el lugar correcto. No a todos nos gusta practicar en los mismos lugares. Hay quienes prefieren la playa, otros en la habitación o, incluso, en el bosque. Claro está que depende del destino que hayas elegido, pero lo cierto es que no es complicado encontrar el rincón que mejor se adapte y que transmita paz y tranquilidad. Lo ideal es optar por uno que no sea muy ruidoso ni concurrido, pues el objetivo es concentrarnos mejor y conseguir desconectar.
3. Fuera los dispositivos electrónicos. Es tu momento y tienes que dejar bien alejados el teléfono, el portátil… Son unos minutos que nos dedicamos a nosotros mismos y que debemos disfrutar sin distracciones, llamadas o mensajes que lo único que provocan es que no salgamos de ese bucle de ansiedad y estrés que nos rodea a diario.
4. Aprovecha las ventajas del entorno. Lo habitual es que hagas yoga en casa. No siempre es fácil practicar yoga en entornos naturales o en espacios amplios y bonitos, como puede ser nuestro destino de verano. “Es importante que disfrutemos del paisaje que hayamos escogido y respirando aire fresco. Cuando meditemos, por ejemplo, podemos concentrarnos en el olor como factor de relajación (de dónde proviene: si huele a mar, si son las flores del jardín o de la terraza; si huele a croissant o a café recién hecho)”, apunta Lucía Liencres, que sugiere, además, practicar descalzo sobre la arena, el suelo de piedra o la hierba. Esto es algo que hará que conectes de inmediato con lo que te rodea.
5. Cuida tu alimentación. No, no hablamos de hacer una dieta estricta. Es cuestión de cuidar lo que comes. “Antes de practicar yoga, optemos siempre por platos a base de verduras y frutas, lácteos, cereales integrales y frutos secos o semillas. Por el contrario, después de practicar yoga debemos reponer fuerzas, y podemos elegir platos con carbohidratos como pan integral, verduras, arroz o pasta integral, y frutas, así como huevos, pescado o carne si no eres vegetariano”, recomienda la experta.