¿Cómo se hace paso a paso?
-Debemos empezar por la postura de la Montaña (Tadasana), una postura inicial fundamental para el alineamiento postural y el equilibrio general con los pies bien apoyados en el suelo, juntos o ligeramente separados (paralelos), las piernas estiradas y las manos colocadas sobre las caderas para alargar la espalda, la coronilla hacia el cielo y la barbilla ligeramente retraída.
-A continuación, inspira y estira los brazos hacia arriba. Realiza una respiración profunda y al exhalar, dobla el cuerpo hacia delante, desde la cadera. Deja las piernas estiradas y quietas.
-Hay que inclinarse hacia delante a 90 grados manteniendo la espalda estirada. Mientras realizas la flexión hacia delante, estira siempre la espalda, como intentando llegar más lejos.
-Al llegar los hombros a la altura de las piernas se nota más el estiramiento intenso.
-Si puedes, apoya las palmas de las manos sobre tu esterilla, delante de los pies. Si no, tócala con la punta de los dedos. Si tampoco puedes, prueba a usar un bloque o poner algún otro elemento que te sirva como ayuda.
-Es importante que cada uno respete su grado de flexibilidad hasta conseguir inclinarse por completo, dejando que el pecho entre en contacto con las rodillas, relajando el cuello y llevando las manos a los tobillos. Permanecer un instante en esta postura.
-Deja que tu cabeza cuelgue desde la raíz del cuello sin ninguna tensión, relajada.
-Por último, en la fase de regreso: soltando las manos de los tobillos, las piernas se flexionan un poco y se regresa vértebra por vértebra, empezando desde las lumbares hasta las cervicales. Una vez estemos de nuevo en la postura de inicio, conviene soltar los hombros con un movimiento circular hacia atrás.