Recuperar la confianza poco a poco
Sin duda, el primer paso para salir de ese círculo en el que se entra en una relación tóxica es que recupere la confianza, que entienda que no tiene por qué volver a sucederle. “Es fundamental no generalizar. No pensar en términos de hombres y mujeres, sino en términos de personas. Tanto hombres como mujeres pueden ser tóxicos y maltratar. Por tanto, ayuda mucho buscar en los demás cualidades y valores afines a nosotros, buscar equilibrio emocional, tolerancia, perdón y respeto. Estos factores son claves para una relación sana. Al fin y al cabo, conseguir una relación de pareja sana y feliz es posible”, añade la psicóloga, que cuenta que en las sesiones de mediación de parejas en las que trabaja, es muy habitual encontrar una serie de nexos comunes que llevan al malestar y al deseo de la disolución de la pareja. Sin embargo, siempre es posible recuperar la confianza y avanzar hacia la consecución de una relación de pareja feliz, teniendo en cuenta que:
1. No existen las relaciones perfectas.
2. Tú existes y debes tener un espacio fuera de tu pareja.
3. Es importante definir y tener claro la relación que realmente quieres, qué estás dispuesto a dar y qué esperas (siempre desde una forma lógica y realista).
4. Debemos comunicarnos de una forma correcta y constante.
5. Perdonar y que nos perdonen.
6. Aceptar las diferencias.
7. Nada es excusa para no encontrar un tiempo de calidad e intimidad.
8. Y, muy importante, confiar en el otro y en nosotros mismos. Si no hay motivos para no hacerlo, tampoco hay motivos para vivir con desconfianza. Exígelo del mismo modo para ti. Si ambas partes respetan los acuerdos de la relación, pueden vivir y dejar vivir.
“Por tanto, como conclusión, una relación no tóxica es aquella en la que hay una relación sana, donde el respeto, el equilibrio y la confianza están presentes. Siempre habrá problemas, se trata de solucionarlos juntos y, de ayudarse el uno al otro, por encima de todo. Nunca permitas maltrato físico o emocional, abusos de cualquier tipo, faltas de respeto ni conductas controladoras. Las parejas son la suma de dos personas con identidad propia, que aunque compartan muchas cosas, deben seguir respetando sus roles individuales que no atenten al bienestar de la misma, y donde cada uno pueda seguir desarrollándose y teniendo su espacio”, concluye.
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