Atenta a estos cambios
Tal y como nos comenta la veterinaria, “machos y hembras de ambas especies muestran notables diferencias en cuanto a su comportamiento, aunque puede haber características comunes, así como señales que pueden dar muestra de que el animal está en celo”.
Y es que hay que tener en cuenta que en las hembras, estos cambios de comportamiento se deben a un aumento del nivel de estrógenos. Así, por ejemplo, en las gatas pueden observarse los siguientes cambios:
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Estarán más cariñosas de lo normal y es frecuente que se froten contra personas, objetos u otros gatos, revolcándose también por el suelo.
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Recurren a la vocalización y a maullidos muy fuertes para llamar la atención de los machos.
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Arquean la columna y apartan la cola para mostrar la vulva, sobre todo al acariciarlas.
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Generalmente se muestran más nerviosas.
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Suelen orinar más frecuentemente para atraer a los machos mediante feromonas.
Por su parte, las perras frecuentemente:
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Se muestran más decaídas e inapetentes.
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Despertarán el interés de los machos.
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Es probable que estén más mimosas de lo normal.
En el caso de los machos, también presentarán comportamientos similares, aunque, tal y como explica Azahara Serrano, los cambios más comunes en los perros son “comportamiento de monta hacia otros perros, objetos e incluso piernas de las personas, mientras que en los gatos observaremos un maullido de forma más insistente”.