Escuchar siempre la opinión del experto
Es ahí cuando el papel del médico estético o cirujano cobra aún más importancia. “Creo que esto va a ser algo mucho más común en nuestra consulta cada día que pase. He tenido gente en consulta mostrándome los labios que quería y esos eran generados por los filtros... Dada esta situación, hay que saber utilizar estas herramientas porque las pacientes las incorporan a su vida diaria y aprovechar la información que te dan sobre los gustos de la paciente”, cuenta el cirujano de Martín del Yerro. Pero, además, es importante saber detectar este tipo de trastorno que, afortunadamente, tampoco es predominante. “Cada época tiene sus cánones estéticos. Ahora sucede igual, pero hay un mayor acceso a la imagen. Las redes sociales, más que marcar las pautas, aportan muchísima información para entender mejor estos estándares de belleza. Algunas pacientes llegan a la consulta con fotos de influencers. Otras traen su propia simulación de cómo les gustaría el resultado. Esto nos ayuda a los cirujanos a saber si estamos ante una persona con expectativas realistas o no”, declara el doctor Juárez.
Es cuando advierten señales de dismorfofobia cuando deben actuar de forma clara, evitando la realización de cualquier acto quirúrgico y, en su lugar, sugerir apoyo psicológico. El doctor Juárez apunta que hasta hace poco se hablaba del trastorno dismórfico corporal, dismorfofobia o Síndrome del Espejo relacionado con problemas asociados a la talla corporal. La irrupción del rechazo también a los rasgos faciales y la búsqueda de cirugías faciales, en ocasiones, muy radicales abre un peligroso escenario que apela, más que nunca, a la profesionalidad y ética de los profesionales de la salud estética. “No hay que olvidar que lo resultados de una cirugía son permanentes y la no aceptación de la nueva imagen puede causar severos trastornos emocionales”, apunta el doctor Juárez.
¿Qué le sugerirían a una paciente que lo hiciera, que acudiera, móvil en mano, pidiendo la imagen con la que ella se ve filtro mediante? “Lo primero hacerle ver que es un filtro, que no es real. Que lo entienda y nos muestre qué quiere mejorar o en qué se ve mejor con ese filtro. Ver de qué partimos y que información sacamos de lo que nos muestra. De ahí ver lo que le podemos ofrecer de forma realista sin realizar nunca algo que va en contra de tus patrones de correcto uso de la medicina o cirugía estética”, concluye el doctor David Vázquez Vecilla.